Nuestro vieje empieza con David Attenborough en el Polo Norte, siguiendo a osos polares, contemplando el gigantesco casquete de hielo de Groenlandia, de donde caen colosales icebergs. Veremos ballenas jorobadas, Alaska, la Taiga, donde 25 de los lobos más grandes del mundo se las verán con un gran bisonte. En el Polo Sur, pingüinos de la Antártida son perseguidos por leones marinos, equipos de orcas crean olas gigantes para arrastar a focas flotando en trozos de hielo. Bucearemos bajo el hielo para ver arañas de mar gigantes
y exploraremos cuevas de cristal.
La primavera llega a las regiones polares y el sol aparece tras 5 meses de ausencia. El calor y la vida regresan a estas mágicos mundos de hielo. Los pingüinos machos Adelia llegan a la Antártida para construir sus nidos enfrentándose a las tormentas más fieras del planeta. En el Ártico, una osa polar caza para sus crías. Los ríos congelados se deshielan y millones de toneladas de hielo bajan en un grandioso espectáculo. Veremos también narvales, cómo un área de hielo del tamaño de Australia se desvanece en poco tiempo y otras incontables maravillas.
En el apogeo del verano, en las regiones polares el sol nunca se pone. Las hordas de visitantes estivales recrean su drama dentro de un largo y mágico día sin fin, alimentándose, luchando y sacando adelante sus vástagos en una breve ventana de plenitud. Pero para los osos polares son malas noticias porque las crias de foca empiezan a abandonar sus cubiles. Los bueyes almizcleros batallan contra los lobos árticos, los pingüinos intentan combatir el calor, los leones marinos luchan por las hembras y el territorio, las orcas dan caza a una ballena durante dos horas, en una toma inédita nunca antes filmada.
Para los animales de las regiones polares el otoño significa batallas dramáticas y viajes épicos. Los océanos se congelan rápidamente para los osos polares, pingüinos, focas leopardo, belugas y ballenas. La temperatura y la tundra misma cambian drásticamente para los bueyes asmizcleros y caribúes. También veremos como los pingüinos emperador emigran al interior de la Antártida para sacar adelante a sus polluelos.
No hay una prueba mayor para la vida que el invierno polar, con las temperaturas cayendo debajo de -70ºC, total oscuridad y vientos de 200 km/h. Solamente unos pocos supervivientes apuestan por permanecer. Veremos osos polares y sus crías, patos, una batalla entre un lobo y un bisonte, las ratones de campo esquivando al gran búho gris en sus madrigueras pero sin lograrlo con la comadreja, pingüinos emperador protegiendo su precioso huevo de las fieras tempestades polares, focas de Weddell recorriendo corales entre criaturas que parecen de otro planeta.