Sumérgete con David Attenborough en un mundo donde una sola vida puede durar mil años. Mira cosas que ningún ojo ha visto jamás y descubre la dramática y hermosa vida vegetal de la Tierra. En el primer episodio, Sir David Attenborough visita Sudamérica y Borneo para mostrarnos cómo los bosques tropicales aglutinan la mayor variedad de plantas y animales del planeta. Las ramas superiores de los árboles gigantes sostienen un mágico jardín que mira al cielo, donde una variedad casi infinita de flores compiten por la atención de colibríes e insectos. Es un entorno de extraordinaria belleza, pero también de una intensa competencia: los trópicos son auténticos campos de batalla de las plantas. Las plantas necesitan luz. Cuando cae un árbol viejo, la luz del sol penetra en la vegetación, disparando el pistoletazo de salida de una carrera por las alturas. Las plántulas luchan con brotes, ganchos de agarre y hojas gigantes, que condenan a otros a la sombra.
David Attenborough se embarca en un viaje extraordinario para revelar la extraordinaria evolución de los animales voladores, desde los ligeros colibríes a los escarabajos acorazados, desde los murciélagos a los reptiles voladores. Una historia de 300 millones de años. Hoy, usando los últimos análisis científicos, podemos revelar las habilidades que permiten desafiar la gravedad. "La Conquista de los Cielos" usa la última tecnología en cámaras 3D y de alta velocidad y deslumbrantes imágenes generadas por ordenador para llevar al espectador más cerca que nunca a este asombroso mundo aéreo.
Vemos a cámara lenta el vuelo de un colibrí de cola iridiscente, el espectacular vuelo de los flamencos, las grullas acicalándose, el pergolero decorando su mansión con coloristas escarabajos y conchas.
Las soluciones de las plantas a los desafíos de la vida son tan ingeniosas como las de cualquier animal. Fotografías a intervalos nos descubren un mundo paralelo donde las plantas atrapan insectos. Las enredaderas desarrollan agarraderos para alzarse hacia la cúpula de la selva. El árbol sangre de dragón es como un paraguas para capturar humedad y hacer sombra a sus raíces. La semilla de un árbol de borneo tiene unas alas tan aerodinámicas que han inspirado el diñeo de planeadores. La heliconia incluso esclaviza a un colibrí y lo hace adicto a su néctar.
El segundo programa trata de los mecanismos del vuelo. Sir Attenborough observa las pardelas de Japón, que saltan desde los árboles para darse un buen impulso. Los albatros son tan grandes que solo pueden despegar después de una buena carrera para crear suficiente flujo de aire en sus alas. Una combinación de aerodinámica y corrientes ascendentes de aire o térmicas junto con el batir de alas o el planeo es lo que mantiene a un pájaro en el aire. Aterrizar requiere menos energía pero también una gran destreza, particularmente para los pájaros grandes, como los cisnes. El peso se ahorra al máximo teniendo un pico de queratina en vez de hueso, un revestimiento de plumas y una constitución ligera. El halcón peregrino es quien ostenta el récord de rapidez volando, picando a 300 km/h. Los búhos tienen éxito en la caza volando despacio. Los colibrís baten sus alas 25 veces por segundo. Veremos también los hábitos de los pájaros migratorios, sus grandes viajes, usando las estrellas y el sol para navegar
Las ramas superiores de los árboles gigantes sostienen un mágico jardín que mira al cielo, donde una variedad casi infinita de flores compiten por la atención de colibríes e insectos. Es un entorno de extraordinaria belleza, pero también de una intensa competencia: los trópicos son auténticos campos de batalla de las plantas. Las plantas necesitan luz. Cuando cae un árbol viejo, la luz del sol penetra en la vegetación, disparando el pistoletazo de salida de una carrera por las alturas. Las plántulas luchan con brotes, ganchos de agarre y hojas gigantes, que condenan a otros a la sombra.