Abril de 1453. El sultán Mehmed II desencadena un ataque de artillería sin precedentes en el mundo contra Constantinopla. Es la mayor concentración de cañones que se había visto en un solo lugar. La monumental tarea de mantener a los otomanos fuera de Constantinopla recae sobre los hombros del soldado genovés de fortuna Giovanni Giustiniani. Él y sus hombres deben defender 14 millas de murallas. Mehmed lanza sus ambiciosos planes para atravesar las murallas de Constantinopla, pero los mercenarios de Giustiniani consiguen contrarrestar los ataques.