Durante un reclutamiento Gurkha Palin es sorprendido por insurgentes maoístas, pero sobrevive para sufir mientras trepa 5.000 m para ver la majestad del Santuario del Annapurna. En Katmandú es bendecido por el rey de Nepal antes de econtrarse con algunos hombres santos de la región. Cruzando hacia el Tibet, se encuentra con los primeros yaks en el monasterio más alto del mundo, dirigiéndose hace el glaciar Rongbuk hacia la cima del Everest.