Vlade Divac y Drazen Petrovic eran los pilares de la selección yugoslava de baloncesto que arrasaba en Europa a finales de siglo. Compartían habitación y un amistad que parecía inquebrantable. Fueron al draft de la NBA el mismo año para cuidar el uno del otro. Los triunfos y los adjetivos se acababan para poderlos definir. Pero la guerra de independencia entre Croacia y Serbia hundió su amistad para siempre. Petrovic, croata y Divac, serbio, fueron tomados como símbolos patrióticos". La querra civil, con amigos y familiares de los jugadores luchando y muriendo en bandos opuestos parecía no tener fin. Un día fatídico de 1993, Petrovic murió en un accidente de automóvil, sin que ambos se hubieran reconciliado. Su funeral congregó 100.000 personas en Zagreb. Pero Divac no pudo estar allí y esa herida no se cerró para él. Después de 20 años, Divac vuelve a Zagreb donde recibe todavía miradas de rencor, pero es allí donde conseguirá curar su herida. Les veremos jugar y hablar con el resto de estrellas de su equipo, con Magic Johnson, Larry Bird, Michael Jordan, Arvydas Sabonis... Merece la pena haber escrito yo mismo sobre esta desgarradora historia de amistad, de superación, de triunfo, de guerra, de odio, de culpa y de redención.