Este retrato presidencial al estilo de un documental de rock muestra cómo Jimmy Carter revitalizó los Estados Unidos tras el Watergate con la música de la contracultura, incluidos los Allman Brothers, Bob Dylan, Willie Nelson y Jimmy Buffett. Carter, escaso de fondos para la campaña y sin un nombre conocido, confió en el apoyo de estos artistas para darle un impulso crucial en las primarias demócratas. Una vez elegido, los músicos se convirtieron en invitados frecuentes de la Casa Blanca.