El tercer episodio resalta cómo las cifras de Madoff eran consideradas irreales. A pesar de las investigaciones de sus competidores sobre estos números imposibles y las alertas posteriores a la Comisión de Valores y Bolsa de los EE. UU., la agencia, influenciada por la reputación de Madoff, desestimó las numerosas señales de alarma. Optaron por mirar hacia otro lado, permitiendo que las operaciones de Madoff continuaran sin obstáculos.