El profesor Brian Cox revela cómo observando el movimiento de las estrellas sobre el cielo nocturno es bastante natural para el hombre pensar que está en el centro de todo. Esa visión se mantuvo durante mucho tiempo, pero la curiosidad innata humana nos ha conducido a la comprensión del verdadero lugar de la humanidad en el espacio y en el tiempo, y a la certeza de que la Tierra no es un punto focal sino una mera partícula de roca en una extensión de espacio posiblemente infinita, 13.800 millones de años después del comienzo del universo