Los océanos son el mayor ecosistema de la tierra, cubriendo dos tercios de la superficie del mundo y suministrando la mitad del oxígeno de nuestra atmósfera. Son el hogar del 80% de la vida en la tierra, y cerca de 3.000 millones de personas dependen de ellos como fuente primaria de alimento. Pero los Océanos no serían más que un vertedero y la vida cesaría en todo el planeta de no ser por un simple hecho: La red global de poderosas corrientes oceánicas. Cada gota de agua marina se desplaza en estas corriente, tardando mil años en completar un circuito. Sin la mezcla constante por las corrientes, las mareas y la olas, nuestros océanos no podrían mantener la vida, y un océano sano es imprescindible para un planeta sano.
Una nueva fuerza amenaza nuestro planeta perfecto. En las pasadas 5 extinciones masivas causada por cataclismos volcánicos, no fueron la lava o las cenizas lo que barrió la vida en la tierra, sino un gas invisible liberado por los volcanes: el dióxido de carbono. Prácticamente cada aspecto de nuestra vida moderna depende de la energía creada al quemar combustibles fósiles, y este proceso produce CO2 en grandes cantidades. Los seres humanos están cambiando nuestro planeta tan rápidamente que está afectando el soporte vital de la tierra, nuestro clima y nuestros océanos. Afortunadamente, el planeta cuenta con fuentes de energía naturales que pueden ayudarnos a cambiar la manera de generar nuestra energía. Son estas fuerzas de la naturaleza -el viento, el sol, el mar y la energía geotérmica- las que son claves para nuestro futuro. A través de historias conmovedoras y entrevistas a expertos, descubriremos como el CO2 está desestabilizando nuestro planeta. Conoceremos elefantes huérfanos rescatados en Kenia víctimas de las sequías. nos uniremos a patrullas guardacostas de Gabón luchando para salvar a los tiburones amenazados. En el amazonas seremos testigos del rescate de animales en selvas que se reducen, y en San Diego, entraremos en un zoo criogénico que conserva el ADN de especies amenazadas de extinción.
Explora las consecuencias que tuvo para la vida salvaje la reducción drástica de la actividad humana a causa de la pandemia del COVID-19. Narrado por David Attenborough, veremos con filmaciones inéditas como el confinamiento abrió las puertas para que la naturaleza se recuperara y prosperara. En los mares, tierras y cielos, nuestro planeta reencontró su ritmo cuando nosotros paramos. Además descubriremos como la gente de todo el mundo tuvo la oportunidad de conectarse con la naturaleza como nunca antes.
Esta serie es una implacable acusación a la industria farmacéutica, a los poderes públicos y a las reglamentaciones gubernamentales que permiten la sobreproducción, la distribución imprudente y el abuso de opiáceos sintéticos. Exploraremos el origen, la dimensión y las consecuencias de una de las mayores tragedias de la salud pública de la actualidad, con medio millón de muertes por sobredosis solo en este siglo. La serie revela que la epidemia de opioides en los Estados Unidos es una crisis de salud pública con origen conocido. En la primera parte, se destapa como Purdue Pharma trabajó junto con la FDA para conseguir que el OxyContin fuera aprobrado para uso general, promocionando la seguridad de este fármaco analgésico altamente rentable sin la suficiente evidencia científica, y creando una campaña para redefinir el dolor y cómo éste es tratado.
En la segunda parte y conclusión, se pone el foco sobre el marketing masivo del opiáceo sintético fentanilo y se examinan las conexiones entre los fabricantes de fármacos y las políticas gubernamentales. Videos de antiguos comercializadores y de material promocional revelan un profundo cinismo entre los empleados de las compañías y también la falta de reparos hacia las extendidas e infames prácticas corporativas.
Pero los Océanos no serían más que un vertedero y la vida cesaría en todo el planeta de no ser por un simple hecho: La red global de poderosas corrientes oceánicas. Cada gota de agua marina se desplaza en estas corriente, tardando mil años en completar un circuito. Sin la mezcla constante por las corrientes, las mareas y la olas, nuestros océanos no podrían mantener la vida, y un océano sano es imprescindible para un planeta sano.