Octavio presenta a su nueva prometida a su familia de una manera sorprendente: haciéndola que sea testigo del castigo que dictamina sobre Atia y Octavia por desafiar los convencionalismos sociales y no respetar el matrimonio entre Marco Antonio y Octavia. La vengativa Gaya lleva a cabo su plean para envenenar a Irene, lo que tendrá trágicas consecuencias para Tito. Mientras tanto, Octavio, Marco Antonio, Mecenas y sus asociados intentan figurarse quien entre ellos pudo hacer desaparecer el oro de Herodes.
Han pasado siete años desde la partida de Marco Antonio y se ha unido a Cleopatra en Egipto, donde retiene los preciosos cargamentos de trigo sin enviarlos. En Roma La gente muere en las calles por hambre. Incapaz de declarar una guerra contra Marco Antonio y Egipto al no contar con apoyos suficientes, Octavio envía a Atia y Octavia a Alejandría para mediar y razonar con Marco Antonio, una estrategia diseñada premeditadamente para fracasar.
Con la derrota de la flota egipcia, Marco Antonio y Cleopatra se retiran a su palacio en Alejandría y esperan su destino. Creyendo que Cleopatra se ha suicidado, Marco Antonio la sigue a la otra vida. Sin embargo, ella tiene otros planes y se prepara para negociar con Octavio. Al darse cuenta de que Octavio la tomará presa para exhibirla, recurre a un áspid para quitarse la vida, no sin antes confiar a su hijo Cesarión a Lucio. Octavio envía a Tito en su busca. Los dos viejos amigos pronto se encontrarán.
La vengativa Gaya lleva a cabo su plean para envenenar a Irene, lo que tendrá trágicas consecuencias para Tito. Mientras tanto, Octavio, Marco Antonio, Mecenas y sus asociados intentan figurarse quien entre ellos pudo hacer desaparecer el oro de Herodes.