La competición entre cazador y cazado es uno de los hechos con más dramatismo de la naturaleza. La serie nos regala una mirada íntima y detallada a las extraordinarias estrategias empleadas por los predadores y sus presas, unos para capturarlas y los otros para escapar. Narrado por Sir David Attenborough. "El Desafío más duro" revela el extraordinario rango de técnicas empleadas en la caza. Descubriremos las estrategias del leopardo, los licaones y los cocodrilos, pasando por las orcas y las ballenas jorobadas.
El Segundo episodio explora los desafíos de cazar en el Ártico, el lugar con los mayores cambios estacionales de la tierra. Para los predadores, esto significa que todos los parámetros de la caza -las condiciones, las estrategias, la presa- cambian también. La única opción para el lobo, el zorro ártico y el oso polar es adaptarse a su mundo cambiante, aprovechando los buenos tiempos y soportando los malos tiempos.
En el tercer episodio seguiremos a tigres, águilas harpías, chimpancés, hormigas cazadoras y otros predadores mientras se enfrentan al desafío de cazar dentro de la jungla, un mundo confuso, tridimensional, donde incluso vislumbrar una presa es un ardua tarea. El premio de tener éxito en el gran juego del escondite de la naturaleza vale la pena. Las junglas cubre un tercio de la superficie terrestre y concentran la mitad de las especies de toda la tierra.
El cuarto episodio sigue a las ballenas, tiburones, leones marinos, fragatas, delfines y albatros para revelar las estrategias que usan para cazar sus presas en el mar abierto. El océano es un inmenso desierto que cubre más de la mitad de nuestro planeta y en su mayor parte está deshabitado. Los predadores se enfrentan a una búsqueda sin descanso para encontrar comida, aunque aquí habitan algunos de los más destacables cazadores del planeta.
En el quinto episodio de la serie descubriremos como espacios abiertos de los pastos y los desiertos cubre la mitad de toda la tierra de nuestro planeta. En estos hábitats abiertos, los predadores como los guepardos, las águilas calvas y los leones pueden ver habitualmente a sus presas. Pero esto funciona para ambos lados: sus presas pueden verlos a ellos también. Con nada más que vistas abiertas, el elemento de la sorpresa es difícil de conseguir, y los cazadores deben buscar sus oportunidades.