Inmensos cardúmenes se amontonan en nuestros mares poco profundos. Peces pequeños que a su vez alimentan a los más grandes. Las ricas aguas cercanas a la costa son las áreas de pesca de nuestro planeta y pueden aportar abundante alimento para la vida salvaje y para la humanidad. Los mares que bordean la tierra suponen menos de una décima parte de los océanos del mundo, pero el 90% de las criaturas marinas viven en las aguas costeras, desde los temibles tiburones hasta los humildes erizos. Proteger estos hábitats es una batalla que la humanidad debe ganar.

El agua dulce es nuestro recurso más preciado y define la distribución de la vida en tierra. Sigue el descenso de los ríos desde sus fuentes en la montaña hasta el mar. Observa espectaculares cascadas, vuela dentro del Gran Cañon y explora la vida salvaje bajo el hielo en el lago más profundo del mundo. Se testigo del enfrentamiento entre nutrias y cocodrilos, sumérgete con los macacos, observa bandadas masivas de gansos de la nieve y una festín de pirañas.

Suráfrica es un derroche de vida y color porque dos grandes corrientes oceánicas convergen en el Cabo de Buena Esperanza. Desde el Este, la cálida Corriente de las Agujas genera nubes que van al interior. Desde el Oeste, la Corriente de Benguela es el lugar donde más abundan los tiburones blancos. El encuentro de las aguas cálidas y frias crea uno de los espectáculos del mundo natural más fabulosos: La migración de la sardina de Suráfrica. Este es el lugar de encuentro más grande de depredadores del planeta, incluyendo la ballena de Bryde

El verdadero corazón de África está cubierto de una densa jungla tropical. Los animales que viven aquí encuentran las manera más ingeniosas de abrirse camino en un paisaje claustrofóbico. El peligro acecha en cada sombra pero algunos animales prosperan aquí, desde chimpancés ladrones de miel a pájaros con un linaje tan antiguo como los dinosaurios, de elefantes atronadores a ranas boxeadoras. Aquí en el Congo, no importa lo duro de la competición, debes aguantar y luchar por tí mismo y tu parcela

Los indios llamaban al pico más alto de esta gran cordillera de Alaska Denali, 'el Grande', más conocido ahora como el monte McKinley. Este espacio natural protegido vuelve a la vida con el deshielo de primavera y la vida salvaje abunda durante el breve verano. Observa como los oseznos pardos juegan, una alce da a luz a su cría y la rana arborícola sobrevive a la congelación del invierno. Tomas deslumbrantes de la auroral boreal sobre este naturaleza única retratan a este edén inolvidable.