El último episodio explora la Mescalina, la molécula psicoactiva del cactus San Pedro y del peyote, una medicina sagrada por cuyo uso los indígenas americanos han tenido que luchar. En las prácticas indígenas siempre hay un anciano, alguien que conoce muy bien el territorio, que preside. Suele haber un grupo, una comunidad involucrada, siempre hay una intención, un propósito en lo que se hace, y se trata como algo sagrado, con el fin de alcanzar estados alterados de conciencia, que contribuyen a la adoración de diversas maneras, o a la celebración o a la curación. Pero quizá todo esto no sea tan nuevo para la cultura occidental después de todo. En las antiguas historias griegas de Eleusis, las personas que se iniciaban allí recibían la bebida, el Ciceón, y luego tenían la iluminación. La receta exacta es un misterio, pero sabemos que el Ciceón era un brebaje psicoactivo que se utilizaba en los misterios de Eleusis, un ritual anual sagrado de iluminación practicado por algunas de las mentes más grandes del mundo, como Sócrates, Platón y Aristóteles. ¿Por qué se acabó este ritual hace más de 1.000 años? ¿Acaso la posibilidad de iluminarse o de alcanzar una conciencia superior se consideraba una amenaza para los poderes fácticos? ¿Han sido las guerras de la droga una mera extensión de ese miedo? Los psicodélicos tienen un papel importante en cómo podemos sanar como comunidad, cómo podemos sanar como ciudad y cómo podemos sanar como país. El actual renacimiento de los psicodélicos no podría llegar en mejor momento, ya que el mundo se enfrenta a una crisis de salud mental. Pero los psicodélicos tienen mucho que ofrecer. La experiencia psicodélica cambia la mente de maneras que ayudarán a los científicos a entender mejor su funcionamiento. Todos estos estados alterados nos permiten indagar en lo que es el mayor misterio de toda la naturaleza: La aparición a partir de la mera materia de algo tan milagroso como la conciencia. Pero una cuestión aún más importante es si los psicodélicos podrían ayudarnos a abordar la crisis medioambiental de cómo pensamos en nuestro lugar en la naturaleza. Uno de los mayores regalos de los psicodélicos es cómo reaniman el mundo natural, permitiéndonos percibir el sujeto, el espíritu de todas las especies, no sólo la nuestra. Y sentir una sensación más profunda de interconexión con la naturaleza.
Para maximizar la longevidad, se podría pensar que lo mejor es ir a lo seguro y mantenerse abrigado. Pero algunos científicos creen que deberíamos hacer lo contrario, ya que la exposición a temperaturas extremas puede activar las propias defensas de nuestro cuerpo contra las enfermedades mortales de la vejez. Chris se dirige al gélido Ártico con sus hermanos Liam y Luke para someterse a la terapia de frío definitiva.
Chris recurre al doctor en longevidad Peter Attia para averiguar cómo cambiar sus hábitos alimentarios puede ayudarle en su búsqueda de la longevidad. Irónicamente, la respuesta es no comer nada durante cuatro largos días. Si puede soportar el hambre, el ayuno desbloqueará los poderes antienvejecimiento de su propio cuerpo y dará a Chris la ventaja que necesita cuando intente cazar su próxima comida... pescando con arpón en la Gran Barrera de Coral.
Cuando Chris se pone en forma para ‘Thor: Love and Thunder’, necesita tener un cuerpo adecuado para un dios inmortal. Pero también quiere el tipo de músculos que se ha demostrado científicamente que le ayudan a mantenerse fuerte y sano a medida que envejece en la vida real. En colaboración con el gurú de los deportes extremos Ross Edgley, se entrena para un agotador reto de escalada de cuerda de 30 metros, que le convertirá de ser un cuerpo meramente de adorno a ser un cuerpo de verdad fuerte.
Chris siempre ha trabajado para mantener su cuerpo sano; ahora ha llegado el momento de empezar a cuidar su cerebro. La neuróloga Dra. Sharon Sha le reta a adentrarse en la naturaleza sin GPS ni mapas. Formando equipo con su amigo, el artista de las Primeras Naciones Otis Hope Carey, Chris tendrá que sintonizar con la naturaleza para navegar por la remota tierra ancestral de Otis. La excursión despierta los recuerdos más preciados de Chris.
Pero quizá todo esto no sea tan nuevo para la cultura occidental después de todo. En las antiguas historias griegas de Eleusis, las personas que se iniciaban allí recibían la bebida, el Ciceón, y luego tenían la iluminación. La receta exacta es un misterio, pero sabemos que el Ciceón era un brebaje psicoactivo que se utilizaba en los misterios de Eleusis, un ritual anual sagrado de iluminación practicado por algunas de las mentes más grandes del mundo, como Sócrates, Platón y Aristóteles. ¿Por qué se acabó este ritual hace más de 1.000 años? ¿Acaso la posibilidad de iluminarse o de alcanzar una conciencia superior se consideraba una amenaza para los poderes fácticos? ¿Han sido las guerras de la droga una mera extensión de ese miedo?
Los psicodélicos tienen un papel importante en cómo podemos sanar como comunidad, cómo podemos sanar como ciudad y cómo podemos sanar como país. El actual renacimiento de los psicodélicos no podría llegar en mejor momento, ya que el mundo se enfrenta a una crisis de salud mental. Pero los psicodélicos tienen mucho que ofrecer. La experiencia psicodélica cambia la mente de maneras que ayudarán a los científicos a entender mejor su funcionamiento. Todos estos estados alterados nos permiten indagar en lo que es el mayor misterio de toda la naturaleza: La aparición a partir de la mera materia de algo tan milagroso como la conciencia. Pero una cuestión aún más importante es si los psicodélicos podrían ayudarnos a abordar la crisis medioambiental de cómo pensamos en nuestro lugar en la naturaleza. Uno de los mayores regalos de los psicodélicos es cómo reaniman el mundo natural, permitiéndonos percibir el sujeto, el espíritu de todas las especies, no sólo la nuestra. Y sentir una sensación más profunda de interconexión con la naturaleza.