En este segundo episodio, una mujer confiesa que se convirtió en Internet en portavoz del discurso de odio de uno de los tantos grupos de nacionalistas blancos que pululan en Estados Unidos. Y el hecho terminó violencia racista y muerte durante un evento. 'Tuve que empezar a darme cuenta de lo que estaba apoyando. ¿Era la víctima o era también una villana?', dice Samantha mirando a cámara. De la mano del racismo, el verdadero crimen digital no parece tener respiro, y por eso se mostrará cómo funcionan esos supremacistas con buena conexión Wi-Fi.
En este cuarto episodio varias mujeres relatan sus escalofriantes experiencias a manos de un hombre que trataba de extorsionarlas en línea con el objetivo de obtener imágenes y vídeos sexuales. Una mujer nos cuenta: 'Yo recibí un mensaje de un hombre que decía: Envíame una foto desnuda o te asesino'. Esta joven logró sumar su caso al de otras mujeres que se animaron a denunciar para exponer al acosador. Nadie es del todo invisible en Internet.
En el quinto episodio veremos desde fraudes con bebés de peluche falsos hasta el delito fiscal. Una persona se plantea si podría hacer ingresos de dinero a nombre de personas muertas. Resulta que si se puede. También veremos un intento de fraude de dos piratas informáticos al IRS: el organismo federal de Estados Unidos encargado de la recaudación fiscal. Estos hábiles hackers analizan los esquemas cibernéticos y terminan en el punto de mira de las autoridades.
En este sexto y final episodio, el FBI intensifica la búsqueda de un hacker escurridizo que pronto le da un giro a la situación al cuestionar la legalidad de una herramienta clave en la investigación. También descubriremos cómo un hombre es vigilado por el gobierno por una supuesta interferencia electoral rusa. ¿Es el responsable, o sólo un chivo expiatorio de gente más poderosa? Habrá que llegar hasta el final para saberlo.
En el segundo episodio, Nathan desarrolla un ensayo para Angela, una mujer que se plantea la maternidad. Nathan contrata a niños actores para que simulen la adopción y el cuidado de un bebé y la instala en una granja alquilada en la zona rural de Oregón. Debido a las leyes de protección infantil de Oregón, el equipo de Nathan debe cambiar al bebé de forma encubierta cada cuatro horas y sustituirlo por un bebé robot por la noche. Buscando un marido simulado, Angela sale con Robbin, un hombre obsesionado con la numerología que quiere tener sexo con Angela a pesar de sus devotas creencias cristianas en contra del sexo prematrimonial. Cuando Robbin abandona el proyecto debido al incesante llanto del bebé robot, Nathan se introduce en el experimento como copadre no romántico de Angela.
'Tuve que empezar a darme cuenta de lo que estaba apoyando. ¿Era la víctima o era también una villana?', dice Samantha mirando a cámara. De la mano del racismo, el verdadero crimen digital no parece tener respiro, y por eso se mostrará cómo funcionan esos supremacistas con buena conexión Wi-Fi.