Tras perder la motivación para continuar surfeando en Nazaré, Garrett McNamara decide volver al circuito de surf en otros lugares con grandes olas. Para ser competitivo en el torneo de Mavericks en California, debe practicar el surf allí regularmente, algo que ya ha hecho muchas veces anteriormente. Garrett vuelve a Mavericks y sufre un horrible accidente en una ola que no debería haberle dado problemas.

Garrett McNamara se recupera del accidente que sufrió en Mavericks y empieza a entrenar para volver a Nazaré para otra temporada. Mientras hace surf en Indonesia, Garret sufre otro accidente que amenaza con retirarle de forma permanente del deporte. Mientras tanto, un amigo de los Garret coge una ola de 24 metros, arrebatándole el récord mundial. Garret decide continuar su caza de una ola de 30 metros.

Mientras docenas de los mejores surfistas del mundo llegan a Nazaré para entrenarse y prepararse para una competición de grande olas, Garrett McNamara continua luchando contra sus lesiones y con su preparación mental. Sabe que no está preparado para la competición, pero el ver a los otros surfistas le hace considerar el intentar competir. Garrett también tiene dudas sobre los planes de seguridad de la competición, e intenta convencer a los organizadores de reforzarla con sus medidas.

El día de la competición en Nazaré ha llegado, y Garrett McNamara decide no competir sino ayudar a su amigo de toda la vida y compañero de equipo Andrew 'Cotty' Cotton. La competición no va fina, con un accidente importante que tiene efectos colaterales sobre Cotty. Después de la competición, Garrett intenta surfear de nuevo en Nazaré y se da cuenta de que puede de nuevo cabalgar las grandes olas. El episodio concluye con retrospectivas de un buen número de surfistas que aparecieron en la serie.

Un gigantesco tsunami se desata contra la costa este de los Estados Unidos. Sería un desastre de proporciones épicas. Algunos científicos creen que esta catástrofe podría suceder algún día, ¿pero cómo? El episodio muestra cómo la isla de La Palma ha sufrido gigantescos deslizamientos de tierra en el pasado. Si sucediera de nuevo, desencadenaría un enorme tsunami con suficiente energía para cruzar el Atlántico y diezmar la Costa Atlántica norteamericana.