En el segundo episodio, Nathan desarrolla un ensayo para Angela, una mujer que se plantea la maternidad. Nathan contrata a niños actores para que simulen la adopción y el cuidado de un bebé y la instala en una granja alquilada en la zona rural de Oregón. Debido a las leyes de protección infantil de Oregón, el equipo de Nathan debe cambiar al bebé de forma encubierta cada cuatro horas y sustituirlo por un bebé robot por la noche. Buscando un marido simulado, Angela sale con Robbin, un hombre obsesionado con la numerología que quiere tener sexo con Angela a pesar de sus devotas creencias cristianas en contra del sexo prematrimonial. Cuando Robbin abandona el proyecto debido al incesante llanto del bebé robot, Nathan se introduce en el experimento como copadre no romántico de Angela.
En un mundo en el que nada parece salir como uno esperaba, El ensayo presenta a Nathan Fielder ayudando a gente corriente a ensayar conversaciones difíciles o acontecimientos de la vida mediante el uso de decorados y actores contratados para recrear situaciones reales. Las situaciones pueden ser triviales, como confesar una mentira sobre el historial educativo, o más complejas, como criar a un hijo. Fielder encarga decorados extravagantes en los que se recrean todos los detalles. Contrata a actores para que habiten estos decorados y practiquen docenas de veces diferentes árboles de diálogos con sus clientes. La información utilizada para entrenar a los actores y construir los decorados se recoge a menudo sin que los sujetos lo sepan. En el primer episodio, Nathan Fielder ayuda a Kor Skeete, un aficionado al trivial de Brooklyn que quiere confesar a su equipo de trivial del bar que mintió al decir que tenía un máster. Nathan revela un elaborado método de ensayo que implica a un actor (K. Todd Freeman) que interpreta a un 'falso Kor'. Para ayudar a Kor a ensayar la difícil conversación con su compañera de equipo, Tricia, para limpiar esta mentira tan antigua, Nathan crea simulaciones de la noche de trivial con una falsa Tricia en una réplica a escala real del Alligator Lounge, un bar de Brooklyn. Kor supera sus miedos y hace su confesión a la verdadera Tricia.
El último episodio explora la Mescalina, la molécula psicoactiva del cactus San Pedro y del peyote, una medicina sagrada por cuyo uso los indígenas americanos han tenido que luchar. En las prácticas indígenas siempre hay un anciano, alguien que conoce muy bien el territorio, que preside. Suele haber un grupo, una comunidad involucrada, siempre hay una intención, un propósito en lo que se hace, y se trata como algo sagrado, con el fin de alcanzar estados alterados de conciencia, que contribuyen a la adoración de diversas maneras, o a la celebración o a la curación. Pero quizá todo esto no sea tan nuevo para la cultura occidental después de todo. En las antiguas historias griegas de Eleusis, las personas que se iniciaban allí recibían la bebida, el Ciceón, y luego tenían la iluminación. La receta exacta es un misterio, pero sabemos que el Ciceón era un brebaje psicoactivo que se utilizaba en los misterios de Eleusis, un ritual anual sagrado de iluminación practicado por algunas de las mentes más grandes del mundo, como Sócrates, Platón y Aristóteles. ¿Por qué se acabó este ritual hace más de 1.000 años? ¿Acaso la posibilidad de iluminarse o de alcanzar una conciencia superior se consideraba una amenaza para los poderes fácticos? ¿Han sido las guerras de la droga una mera extensión de ese miedo? Los psicodélicos tienen un papel importante en cómo podemos sanar como comunidad, cómo podemos sanar como ciudad y cómo podemos sanar como país. El actual renacimiento de los psicodélicos no podría llegar en mejor momento, ya que el mundo se enfrenta a una crisis de salud mental. Pero los psicodélicos tienen mucho que ofrecer. La experiencia psicodélica cambia la mente de maneras que ayudarán a los científicos a entender mejor su funcionamiento. Todos estos estados alterados nos permiten indagar en lo que es el mayor misterio de toda la naturaleza: La aparición a partir de la mera materia de algo tan milagroso como la conciencia. Pero una cuestión aún más importante es si los psicodélicos podrían ayudarnos a abordar la crisis medioambiental de cómo pensamos en nuestro lugar en la naturaleza. Uno de los mayores regalos de los psicodélicos es cómo reaniman el mundo natural, permitiéndonos percibir el sujeto, el espíritu de todas las especies, no sólo la nuestra. Y sentir una sensación más profunda de interconexión con la naturaleza.
Esta muy esperada docuserie explora en profundidad lo que las drogas psicodélicas pueden enseñarnos sobre la conciencia, la muerte, la adicción, la depresión y la trascendencia. El cineasta Alex Gibney y el autor de éxito Michael Pollan la presentan en cuatro partes, cada una de ellas centrada en una sustancia diferente que altera la mente: LSD, psilocibina, MDMA y mescalina. Con Pollan como guía, viajamos a las fronteras del nuevo renacimiento psicodélico y miramos el contexto histórico casi olvidado, para explorar el potencial de estas sustancias para sanar y cambiar las mentes, así como la cultura. El primer capítulo es una gran introducción sobre el LSD, desde sus orígenes en 1943 hasta la tendencia actual de las microdosis para aquellos que aún no saben mucho sobre el tema, y un divertido y entretenido repaso del LSD incluso para los expertos en la materia. El programa nos lleva a un viaje a través de la historia de este poderoso compuesto, desde su descubrimiento y sus primeros usos médicos, pasando por los estudios secretos de control mental de la CIA, la contracultura y su prohibición, hasta nuestro actual renacimiento. Incluye increíbles filmaciones del inventor del LSD, Albert Hofmann, y poderosos testimonios personales de personas que han curado su sufrimiento gracias al LSD.
En este sexto y final episodio, el FBI intensifica la búsqueda de un hacker escurridizo que pronto le da un giro a la situación al cuestionar la legalidad de una herramienta clave en la investigación. También descubriremos cómo un hombre es vigilado por el gobierno por una supuesta interferencia electoral rusa. ¿Es el responsable, o sólo un chivo expiatorio de gente más poderosa? Habrá que llegar hasta el final para saberlo.
Buscando un marido simulado, Angela sale con Robbin, un hombre obsesionado con la numerología que quiere tener sexo con Angela a pesar de sus devotas creencias cristianas en contra del sexo prematrimonial. Cuando Robbin abandona el proyecto debido al incesante llanto del bebé robot, Nathan se introduce en el experimento como copadre no romántico de Angela.