El centro de nuestra galaxia alberga un monstruo invisible de un poder inimaginable: un agujero negro supermasivo llamado estrella Sagitario A, con cuatro millones de veces la masa del Sol. Recientes avances astronómicos han confirmado no solo la existencia de agujeros negros como la estrella Sagitario A, sino que estos extraños objetos invisibles pueden ser los protagonistas galácticos definitivos. Las impresionantes imágenes generadas por ordenador nos llevan a presenciar los orígenes ardientes del agujero negro de nuestra galaxia hace 13.600 millones de años, cuando el universo primitivo albergaba enormes estrellas azules que, cuando se quedaron sin combustible, colapsaron bajo su propia enorme masa, aplastandose en un objeto tan pequeño y tan denso que perforó un agujero en la estructura del universo. Durante miles de millones de años, la estrella Sagitario A se dio un festín con el gas y las estrellas cercanas y con fusiones cataclísmicas con otros agujeros negros. Un descubrimiento revolucionario realizado por el telescopio de rayos gamma Fermi de la NASA ha demostrado que nuestro agujero negro tenía el poder de esculpir toda la galaxia, creando vastas burbujas de gas por encima y por debajo de nuestra galaxia e incluso protegiendo sistemas estelares como el nuestro. En una alucinante conclusión, Brian Cox revela cómo nuestra comprensión moderna de los agujeros negros está desafiando nuestros conceptos de realidad hasta el punto de ruptura. Al tratar de comprender el destino de los objetos que caen en la estrella Sagitario A, los científicos han llegado a una conclusión sorprendente: el espacio y el tiempo, conceptos tan fundamentales para la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea, no son tan fundamentales como alguna vez pensamos.
Los asientos correspondientes a la generosidad y a la prosperidad son seleccionados: Christopher Sembroski, un antiguo miembro de la Fuerza Aérea norteamerican que sirvió en Iraq y que ahora trabaja como ingeniero para Lockheed Martin, y Sian Proctor, profesora de Ciencias de la Tierra y candidata en dos ocasiones para ser astronauta de la NASA. La emoción por el próximo vuelo aumenta, pero también la ansiedad por la misión.
Había habido antes otros asentamientos piratas en diferentes lugares, pero ninguno había sido como el de Nasau. Había un fuerte y la gente se congregó y construyeron una comunidad. Más gente fuera de la ley fue llegando y empezaron a desarrollar una economía por sí mismos. Hombres como Edward Thatch, más tarde conocido como Barbanegra, su compinche Black Caesar, un antiguo esclavo, y el pirata que les condujo a todos allí, el capitán Benjamin Hornigold. En el segundo episodio, la tensión entre Benjamin Hornigold y Henry Jennings aumenta. Su rivalidad toma un nuevo rumbo cuando Hornigold crea una república pirata en Nassau.
Este explosivo documental es el examen más creíble del misterio global y del encubrimiento de los fenómenos aéreos no identificados. Con el testimonio impactante de oficiales del ejército de alto rango y astronautas de la NASA, el senador Harry Reid dice de él que 'hace creíble lo increíble'. El mismo año que se descubrió agua en un planeta lejano, el ejército de los Estados Unidos hizo un anuncio sorprendente. Las imágenes capturadas por sus pilotos de objetos que mostraban tecnología muy superior eran auténticas.
Casi todo lo que sabemos ahora sobre el bello planeta gigante con anillos proviene de la nave Cassini, la misión de la NASA que llegó a Saturno en 2004. Desde entonces, la sonda espacial ha estado retransmitiéndonos imágenes milagrosas y datos científicos que revelan incontables maravillas sobre el planeta, sus anillos y sus 62 satélites, incluidos algunos que podrían albergar vida. Cuando la misión estaba en sus días finales, se improvisó una osada maniobra: atravesar los anillos hasta llegar a la atmósfera de Saturno. A menos de 3.500 km sobre las nubes, las esperanzas de increíbles observaciones y datos que pudieran resolver los misterios sobre el planeta eran altas. Pero tan atrevida maniobra conllevaba muchos riesgos. Únete al equipo de ingenieros de la nasa que programaron a la nave Cassini para embarcarse en su última y más peligrosa misión: una inmersión entre los anillos de Saturno, y descubre además las maravillas que Cassini ha revelado durante todos estos años.
Las impresionantes imágenes generadas por ordenador nos llevan a presenciar los orígenes ardientes del agujero negro de nuestra galaxia hace 13.600 millones de años, cuando el universo primitivo albergaba enormes estrellas azules que, cuando se quedaron sin combustible, colapsaron bajo su propia enorme masa, aplastandose en un objeto tan pequeño y tan denso que perforó un agujero en la estructura del universo. Durante miles de millones de años, la estrella Sagitario A se dio un festín con el gas y las estrellas cercanas y con fusiones cataclísmicas con otros agujeros negros. Un descubrimiento revolucionario realizado por el telescopio de rayos gamma Fermi de la NASA ha demostrado que nuestro agujero negro tenía el poder de esculpir toda la galaxia, creando vastas burbujas de gas por encima y por debajo de nuestra galaxia e incluso protegiendo sistemas estelares como el nuestro.
En una alucinante conclusión, Brian Cox revela cómo nuestra comprensión moderna de los agujeros negros está desafiando nuestros conceptos de realidad hasta el punto de ruptura. Al tratar de comprender el destino de los objetos que caen en la estrella Sagitario A, los científicos han llegado a una conclusión sorprendente: el espacio y el tiempo, conceptos tan fundamentales para la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea, no son tan fundamentales como alguna vez pensamos.