De los autores de Caminando con Dinosaurios, llega una épica exploración de la vida primitiva en la Tierra, donde una sucesión de fantásticos animales y plantas dominaban el planeta. Un pez de dos toneladas iba a la tierra firme a cazar, escorpiones de mar de 4 metros, una especie de reptil representaba el 80% de toda la vida animal. Se revela y recrea estas criaturas y el mundo bizarro que habitaban.

Investigaremos sobre el primer esqueleto que realmente parece como nosotros, el niño de Turkana, el primer especimen completo de Homo Erectus. Estos primeros humanos desarrollaron innovaciones clave que les ayudaron a prosperar, icluyendo la caza, el uso del fuego y lazos sociales extensos. La habilidad de correr durante grandes distancias les permitió una estrategia única: la caza por extenuación. También comprobaremos cómo, porqué y cúando los humanos adquirieron una infancia prolongada.

En un bosque Jurásico tardío en lo que ahora es china un Epidexipteryx escapa de un Sinraptor trepando a un árbol. En un desiero del cretácico tardío en la actual Mongolia un Saurornithoides incuba su nidada y cuando la abandona, un Oviraptor la asalta. El Saurornithoides es atacado por un Gigantoraptor, que después de devorarlo inicia un ritual de cortejo desplegando sus plumas y luchando por las hembras. En el Cretácico tardío en China, un Xianglong es cazado por un Microraptor, que usa sis plumas para perseguir al lagarto planeador en el aire. Un Sinornithosaurus lo ataca pero escapa. Un Sinornithosaurio caza un Jeholosaurio y sus tres crías.

Alice trata de descubrir como la genta de la edad de piedra alcanzó el norte y el sur de América por primera vez. Ella desvela un antiguo pasillo a través de la capa de hielo de Canadá que podría haber permitido a los primeros humanos cruzar. Hallazgos antiguos en Chile apuntan a un ruta diferente para los primeros humanos que llegaron allí.

El Basilosaurio, la primera de las grandes ballenas, no era un comedor de plancton, sino un cazador veloz y audaz. Y el más atemorizante de todos era el Megalodon, un ancestro del gran tiburón blanco que convierte a su pariente de hoy en día en un enano.