El documental es una poderosa descripción de la lucha de Vladimir Mukhin para resucitar una cocina rusa casi olvidada, yendo contra la tradición establecida. Prepárate para asombrosas imágenes de creaciones culinarias en su restaurante el Conejo Blanco, algunas de la cuales pueden inquietarte. Mukhin era la quinta generación de chefs de su familia, y empezó trabajando en la cocina de su padre preparando clásicos de la era soviética. Pero se rebeló, dejó su pequeña ciudad de Essentuki por Moscú, y se obsesionó con las técnicas modernas de cocina en Europa. Viajó a Francia para trabajar como chef ayudante de Christian Etienne, donde por fin encontró el camino para que la cocina rusa tuviera un sitio en la cocina moderna.
Es el día de San Valentín y Maddi se dirige a la primera cita romántica de su vida con un hombre. Kelvin trabaja con una especialista en relaciones y pone sus habilidades a prueba. Michael se ve abrumado cuando encuentra a la mujer de sus sueños.
Nancy Silverton describe su trayectoria vital, tanto en Los Angeles como en Italia, su familia y su obsesión con el pan. Tiene abiertos tres restaurantes en Los Ángeles: Pizzeria Mozza, Osteria Mozza (una estrella Michelin) y Chi Spacca. Y en todos, ha sido reconocida por la masa de sus pizzas, sus panes y sus postres. Nancy Silverton nos relatará su pasión por la comida, entre testimonios personales, testimonios de críticos gastronómicos y colegas. Su trabajo se define como obsesivo y meticuloso hasta lo más profundo de su ser.
Se centra en el cada vez más popular mundo de la música electrónica. El documental empieza con el legado de Carl Cox y sigue con el recién llegado Martin Garrix. Además de ellos, varios DJs y profesionales de la música electrónica desvelan los entresijos de la industria con reflexiones sobre los orígenes radicales del género y su futuro.
En la isla tropical de Mauricio se encuentra Melrose, una cárcel de máxima seguridad donde 800 de los peores traficantes de drogas, delincuentes sexuales y asesinos están encerrados. Todos los convictos son vigilados día y noche y hasta la más pequeña infracción conlleva un duro castigo.
Mukhin era la quinta generación de chefs de su familia, y empezó trabajando en la cocina de su padre preparando clásicos de la era soviética. Pero se rebeló, dejó su pequeña ciudad de Essentuki por Moscú, y se obsesionó con las técnicas modernas de cocina en Europa. Viajó a Francia para trabajar como chef ayudante de Christian Etienne, donde por fin encontró el camino para que la cocina rusa tuviera un sitio en la cocina moderna.