La imagen de éxito proyectada por Donald Trump deslumbró a millones. Pero varios periodistas y ex colaboradores describen un imperio falso trufado de asuntos turbios. Atando cabos sobre las pretendidas historias de éxito inmobiliario destaparemos como la carrera de Donald Trump se transformó desde unos fracasos épicos a una marca consumada que le encumbró como un triunfador.
Todo empieza como un estudio dirigido por un profesor de psicología de Stanford sobre la vida en la cárcel. Eran 24 voluntarios, doce guardias y doce prisioneros. Aceptaron pasar las dos semanas siguientes recreando la vida en una prisión. La conclusión del estudio fue que, dada las circunstancias adecuadas, la gente normal se puede comportar como monstruos. Pero, ¿Y si la causa del cruel comportamiento de los participantes no fue la que siempre se nos había dicho?
Un día voy a morir. Pero ¿debería? Si me ofrecieran vivir más, aceptaría sin dudarlo. Pero ¿cuánto tiempo es demasiado? ¿Debería negar la muerte para siempre o me conviene aceptarla y aceptar su papel en el universo?
¿Dónde están todos? Hemos estado intentando oír mensajes del espacio exterior durante más de medio siglo, pero hasta ahora... silencio, ¿por qué? ¿Estamos solos en el universo? ¿O todos hacen lo mismo que nosotros y solo intentan escuchar? Tal vez necesitemos gritar. Tal vez habría que enviar más mensajes. Pero ¿cómo escribimos una carta a un extraterrestre cuyo lenguaje, cultura, biología y mente no conocemos? ¿Y qué les diríamos? Dadas todas las dudas sobre cómo podrían comportarse los extraterrestres, ¿realmente sería bueno comunicarnos con ellos?
Probar algo por completo es difícil, casi imposible. En cambio, tenemos la fe del creyente, el intervalo de confianza del científico. Lo que sabemos es algo que solo creemos saber. En este episodio, les mostraremos las mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Y usaremos la convicción para transformar una mentira en verdad.
Atando cabos sobre las pretendidas historias de éxito inmobiliario destaparemos como la carrera de Donald Trump se transformó desde unos fracasos épicos a una marca consumada que le encumbró como un triunfador.