De todos los objetos del Cosmos, planetas, estrellas y galaxias,ninguno es tan extraño, poderoso o misterioso como los agujeros negros. Pueden tragarse entera una estrella. Primero imaginados al teorizar, son la extraña solución a una ecuación, un enigma matemático. El mismo Einstein no podía aceptar su existencia como real y la gente no creyó en poder observar los agujeros negros durante muchos años. Lentamente, los científicos los investigaron observando los efectos que tenían en su entorno, y empezaron a surgir las evidencias de su existencia.
La mayoría de planetas que conocemos son tan infernales que parece imposible que nada pueda vivir allí. Pero aún así, es sorprendente donde puede resistir la vida en la Tierra. Los astrobiólogos busca microbios llamados extremófilos en lugares como al depresión de Danakil, conocida en Etiopía como 'Las puertas del infierno'. En el segundo capítulo, el mundo imaginario es Janus, un planeta con una órbita tan cercana a su estrella que su rotación está frenada por su atracción gravitatoria y siempre muestra la misma cara a su sol. En un lado del planeta, es siempre de día, un tórrido desierto. En su polo opuesto, hay siempre una noche congelada. Entre ellos, una franja de perpetuo crepúsculo. El agua derretida fluye desde su cara fría, excavando cañones en el paisaje. En lo profundo de estos cañones viven unas extraordinarias criaturas de cinco patas.
El mundo imaginado Eden orbita no una estrella, sino dos. La luz de sus estrellas gemelas potencia la fotosíntesis, bombeando más oxígeno en su atmósfera que en la Tierra, permitiendo prospera a la vida. Los herbívoros están en constante alerta porque el bosque es el hogar de predadores perfectamente evolucionados para vivir entre los árboles. En el tercer episodio se tratará también el papel que podrían desempeñar los hongos en los exoplanetas. El ecologista Thomas Crowther nos habla del papel que las redes de micelio juegan en el bosque de Rothiemurchus en Escocia.
¿Qué clase de civilizaciones alienígenas podrían existir en la vastedad del espacio? Terra es el mundo imaginado en el cuarto episodio, un planeta de 9.000 millones de años de antigüedad, el doble que la Tierra. Suficientemente antiguo para que una inteligencia verdaderamente avanzada haya evolucionado. Una vez fue un mundo fértil, pero ahora esta desierto. Pero la vida puede aún prosperar en recintos cerrados artificiales. Con el tiempo, los seres que lo habitan han evolucionado para no necesitar sus cuerpos y existen solo como tejido neuronal. Ni envejecen ni mueren y son servidos por robots. Si las civilizaciones alienígenas son tan probables estadísticamente, ¿por qué los astrónomos no han encontrado signo alguno de ellas? ¿Dónde están todos? Cada vez que los buscamos en una estrella individual es como recoger un cubo de agua en el océano. Vamos a tener que mirar un buen número de estrella y buscar en un montón de datos hasta que encontremos la pista que nos lleve a otra civilización.
El profesor Brian Cox continúa su épica exploración del cosmos observando la tenue banda de luz que se extiende por el cielo nocturno: nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. El Sol es solo una de las casi 400 mil millones de estrellas que forman este vasto y majestuoso disco de luz, nuestro propio hogar en el universo. Gracias a animaciones espaciales de vanguardia, finalmente podemos revelar la dramática historia de la Vía Láctea y predecir su futuro catastrófico. Nuestra galaxia comenzó con una fracción del tamaño que tiene hoy, y el telescopio Gaia ha revelado cómo creció a lo largo de los eones. Los efectos visuales bellamente renderizados basados en los últimos datos de Gaia han revelado la notable historia de la evolución de nuestra galaxia. Cuando nuestra joven galaxia se encontró con galaxias rivales, experimentó una serie de violentos brotes de crecimiento e intensos períodos de cambios cataclísmicos mientras luchaba por sobrevivir. Cada vez que nuestra galaxia se alimenta, comienza una nueva era de formación de estrellas, alimentada por torrentes entrantes de nuevo gas fresco y de energía. Y hay otra colisión por venir. Otra galaxia más grande viene hacia nosotros. Andrómeda se dirige directamente hacia nosotros a un cuarto de millón de millas por hora. El destino a largo plazo de la Vía Láctea está en juego.
El mismo Einstein no podía aceptar su existencia como real y la gente no creyó en poder observar los agujeros negros durante muchos años. Lentamente, los científicos los investigaron observando los efectos que tenían en su entorno, y empezaron a surgir las evidencias de su existencia.