El magnífico planeta anillado Saturno, junto con sus más de 80 lunas, forma el sistema planetario más dinámico de nuestros alrededores. Con océanos subterráneos y campos magnéticos protectores, los expertos exploran cómo estos satélites podrían reescribir las reglas del Sistema Solar. Cuanto más nos acercamos, más vemos que estas extraordinarias lunas son como mundos propios, dinámicos, parecidos a la Tierra. A casi mil millones de millas del Sol, estos mundos helados podrían ser hogar de la Vida 2.0. Las lunas de Saturno ofrecen posiblemente la mejor oportunidad de encontrar vida extraterrestre en nuestro sistema solar. Con cada nueva misión, nos acercamos a desentrañar los misterios de las lunas de Saturno.
Marte está infestado de robots, orbitando el planeta y recorriendo su superficie en una misión para descubrir sus secretos. Ahora, el Perseverance se une a este dedicado grupo de máquinas para descubrir si hay o alguna vez hubo vida en el Planeta Rojo. Nuestro vecino, Marte, nos fascina. Es un planeta que es similar a la Tierra, pero con algunas grandes diferencias. Marte está oxidado, polvoriento y congelado. Misiones pasadas sugieren que Marte fue un mundo muy diferente. El Marte que vemos hoy ha cambiado por completo del de hace miles de millones de años. Sin una máquina del tiempo para explorar el antiguo Marte, empleamos un equipo de investigadores robóticos de alta tecnología, una flota completa de naves espaciales robóticas explorando el planeta. Trabajando juntos, excavan en el pasado de Marte para responder a la pregunta definitiva: ¿Marte alguna vez tuvo vida?
Los humanos han mirado durante mucho tiempo el cielo nocturno, preguntándose si otras formas de vida e inteligencias podrían estar prosperando en mundos mucho más allá del nuestro. Pero en las últimas décadas, los telescopios ultrasensibles y un tenaz trabajo de detectives han transformado la búsqueda de planetas extraterrestres de ciencia ficción a un hecho real. Esperábamos encontrar mundos similares a los planetas de nuestro sistema solar, pero en cambio descubrimos un montón de mundos exóticos. Animaciones de calidad basadas en los datos del cazador de planetas más exitoso, el telescopio espacial Kepler, muestran estos mundos: planetas hinchados con la densidad del poliestireno, mundos inestables que orbitan dos soles a la vez y gigantes gaseosos a 1000 grados con cielos azotados por vientos titánicos. Pero quizás el descubrimiento más sorprendente fue la cantidad de mundos que pueden ser contendientes para una segunda Tierra, a la distancia adecuada de su sol para tener ese ingrediente tan crucial para la vida tal como la conocemos, el agua líquida. Entre otras cosas, somos testigos del descubrimiento más tentador de todos: una llamada 'súper Tierra', situada en la zona habitable, el área a la distancia justa de un sol para potencialmente albergar vida, y con una débil señal de agua en su atmósfera.
La serie, con los últimos adelantos en técnicas de animación por ordenador, aplica las leyes de la vida en la tierra al resto de la galazia, uniendo los hechos con la ciencia ficción para intentar adivinar como sería la vida en otros planetas. En el prólogo, el astrónomo Didier Queloz nos explica los descubrimientos en materia de exoplanetas y cómo son analizados. En el primer episodio el mundo imaginario es Atlas, un planeta con más gravedad que la tierra y una atmósfera más densa, que permite la existencia de criatura voladoras. Explicando los seres que habitan Atlas, veremos aspectos de la vida en nuestro planeta.
La mayoría de planetas que conocemos son tan infernales que parece imposible que nada pueda vivir allí. Pero aún así, es sorprendente donde puede resistir la vida en la Tierra. Los astrobiólogos busca microbios llamados extremófilos en lugares como al depresión de Danakil, conocida en Etiopía como 'Las puertas del infierno'. En el segundo capítulo, el mundo imaginario es Janus, un planeta con una órbita tan cercana a su estrella que su rotación está frenada por su atracción gravitatoria y siempre muestra la misma cara a su sol. En un lado del planeta, es siempre de día, un tórrido desierto. En su polo opuesto, hay siempre una noche congelada. Entre ellos, una franja de perpetuo crepúsculo. El agua derretida fluye desde su cara fría, excavando cañones en el paisaje. En lo profundo de estos cañones viven unas extraordinarias criaturas de cinco patas.
Cuanto más nos acercamos, más vemos que estas extraordinarias lunas son como mundos propios, dinámicos, parecidos a la Tierra. A casi mil millones de millas del Sol, estos mundos helados podrían ser hogar de la Vida 2.0. Las lunas de Saturno ofrecen posiblemente la mejor oportunidad de encontrar vida extraterrestre en nuestro sistema solar. Con cada nueva misión, nos acercamos a desentrañar los misterios de las lunas de Saturno.