Viajando de polo a polo, la serie 'Frozen Planet II' revela los sorprendentes mundos que existen en todo el planeta y los extraordinarios animales que los convierten en su hogar. En un mundo frágil lleno de belleza y hostilidad, la naturaleza encuentra la manera de sobrevivir y prosperar. David Attenborough explora un planeta al borde de un gran cambio. En el primer episodio, comenzamos nuestro viaje en el extremo sur, en el lugar más hostil de la tierra, el continente helado de la Antártida. Tras ser criados en el hielo en invierno, los polluelos de pingüino emperador se encuentran abandonados por sus padres en primavera. Para sobrevivir, deben encontrar su propio camino a través del traicionero hielo marino hasta las ricas aguas del Océano Antártico. Las aguas que rodean la Antártida pueden ser las más ricas de todas, pero también son el hogar de un depredador excepcionalmente sofisticado, la orca. Para alcanzar a su presa favorita, las focas de Weddell, una familia de orcas ha aprendido a generar sus propias olas, arrastrando a las focas fuera de sus témpanos de hielo. Es una técnica que se ha transmitido durante generaciones y que coordina la matriarca de la familia, que puede tener más de 100 años. Dejando la Antártida y viajando hacia el norte, descubrimos hábitats helados creados por la altitud. El mayor de ellos es el Himalaya, la cordillera más alta del planeta, que contiene tanto hielo y nieve que se conoce como el tercer polo. A la sombra del Himalaya se encuentra una vasta llanura de hierba congelada que es el hogar del gato más esponjoso del mundo, el gato de Pallas. Puede que tenga un pelaje extremadamente denso, pero si quiere sobrevivir al invierno mongol, necesita cazar muchos jerbos y topillos. Más fácil de decir que de hacer cuando sólo se tienen piernas cortas y patas sensibles al frío. Al norte de la Gran Estepa se encuentra el bosque boreal, que rodea los continentes de América del Norte, Europa y Asia, y permanece congelado durante seis meses al año. El tigre siberiano, el mayor felino del mundo, merodea por estos bosques en el extremo oriental de Rusia. En invierno, está al acecho de los osos negros que hibernan en cuevas, una estrategia de alto riesgo que sólo un felino de este tamaño intentaría. Por encima del bosque boreal, cruzamos el Círculo Polar Ártico, donde las condiciones son tan extremas que los árboles ya no pueden crecer. Esto es la tundra. Aquí viven las reliquias de la última edad de hielo, los bueyes almizcleros. En primavera, sus crías se enfrentan a un peligro mucho mayor que el frío, los osos pardos. Los encuentros pueden ser brutales, pero si unos pocos terneros sobreviven, el futuro de la manada está asegurado. Al norte de la tundra está el océano Ártico, el único que puede congelarse por completo. Aquí vive uno de los animales más peculiares del planeta, la foca capuchina. Los machos tienen unas extraordinarias narices hinchables, de las que sale un globo rojo brillante por la fosa nasal izquierda. Un macho espera que esto le haga irresistible. Todos los hábitats helados tienen algo en común: la amenaza que supone el cambio climático actual. Al viajar a la isla de Groenlandia, que alberga la mayor masa de hielo del hemisferio norte, somos testigos de cómo el calentamiento global está derritiendo su capa de hielo a un ritmo más rápido que nunca, con profundas consecuencias para el nivel global del mar. Por último, visitamos al habitante más emblemático del Ártico, el oso polar, mientras una madre osa lucha por mantener a sus crías en un mundo en el que el hielo marino disminuye.
Desde los congeladores polos a los áridos desiertos, este episodio muestra como los animales ha conseguido estrategias para sobrevivir a las desiguales cantidades de luz soloar que caen sobre nuestro planeta en el curso de un año. La excepción está en la zonas cercanas al ecuador, donde la duración del día y de la noche durante las estaciones es parecida. En estas regiones, esta garantía de luz solar ayuda a la gran diversidad de vida en las selvas tropicales.
El clima controla la distribución del agua dulce en la Tierra. David Attenborough nos muestra como esta desigual distribución ha dado origen a una increíble diversidad de especies y hábitats, desde el ardiente desierto a la húmedas selvas tropicales. Veremos como una colonia de hormigas forma una balsa cada vez que hay una inundación en el Amazonas, una rana que se las arregla para prosperar en unos de los lugares más secos de la Tierra y los últimos camellos salvajes, que sobreviven a los duros inviernos del desierto de Gobi comiendo la nieve traída por los temporales siberianos.
Una nueva fuerza amenaza nuestro planeta perfecto. En las pasadas 5 extinciones masivas causada por cataclismos volcánicos, no fueron la lava o las cenizas lo que barrió la vida en la tierra, sino un gas invisible liberado por los volcanes: el dióxido de carbono. Prácticamente cada aspecto de nuestra vida moderna depende de la energía creada al quemar combustibles fósiles, y este proceso produce CO2 en grandes cantidades. Los seres humanos están cambiando nuestro planeta tan rápidamente que está afectando el soporte vital de la tierra, nuestro clima y nuestros océanos. Afortunadamente, el planeta cuenta con fuentes de energía naturales que pueden ayudarnos a cambiar la manera de generar nuestra energía. Son estas fuerzas de la naturaleza -el viento, el sol, el mar y la energía geotérmica- las que son claves para nuestro futuro. A través de historias conmovedoras y entrevistas a expertos, descubriremos como el CO2 está desestabilizando nuestro planeta. Conoceremos elefantes huérfanos rescatados en Kenia víctimas de las sequías. nos uniremos a patrullas guardacostas de Gabón luchando para salvar a los tiburones amenazados. En el amazonas seremos testigos del rescate de animales en selvas que se reducen, y en San Diego, entraremos en un zoo criogénico que conserva el ADN de especies amenazadas de extinción.
David Attenborough y el científico Johan reconocido científico Johan Rockström analizan el colapso de la biodiversidad de la Tierra. El documental explica como la humanidad ha llevado a nuestro planeta más allá de los límites que lo han mantenido estable desde los comienzos de la vida, pero también que no es demasiado tarde para evitar la catástrofe, planificando y actuando para asegurarnos de que nuestro planeta permanezca sano y resistente.
En el primer episodio, comenzamos nuestro viaje en el extremo sur, en el lugar más hostil de la tierra, el continente helado de la Antártida. Tras ser criados en el hielo en invierno, los polluelos de pingüino emperador se encuentran abandonados por sus padres en primavera. Para sobrevivir, deben encontrar su propio camino a través del traicionero hielo marino hasta las ricas aguas del Océano Antártico.
Las aguas que rodean la Antártida pueden ser las más ricas de todas, pero también son el hogar de un depredador excepcionalmente sofisticado, la orca. Para alcanzar a su presa favorita, las focas de Weddell, una familia de orcas ha aprendido a generar sus propias olas, arrastrando a las focas fuera de sus témpanos de hielo. Es una técnica que se ha transmitido durante generaciones y que coordina la matriarca de la familia, que puede tener más de 100 años.
Dejando la Antártida y viajando hacia el norte, descubrimos hábitats helados creados por la altitud. El mayor de ellos es el Himalaya, la cordillera más alta del planeta, que contiene tanto hielo y nieve que se conoce como el tercer polo. A la sombra del Himalaya se encuentra una vasta llanura de hierba congelada que es el hogar del gato más esponjoso del mundo, el gato de Pallas. Puede que tenga un pelaje extremadamente denso, pero si quiere sobrevivir al invierno mongol, necesita cazar muchos jerbos y topillos. Más fácil de decir que de hacer cuando sólo se tienen piernas cortas y patas sensibles al frío.
Al norte de la Gran Estepa se encuentra el bosque boreal, que rodea los continentes de América del Norte, Europa y Asia, y permanece congelado durante seis meses al año. El tigre siberiano, el mayor felino del mundo, merodea por estos bosques en el extremo oriental de Rusia. En invierno, está al acecho de los osos negros que hibernan en cuevas, una estrategia de alto riesgo que sólo un felino de este tamaño intentaría.
Por encima del bosque boreal, cruzamos el Círculo Polar Ártico, donde las condiciones son tan extremas que los árboles ya no pueden crecer. Esto es la tundra. Aquí viven las reliquias de la última edad de hielo, los bueyes almizcleros. En primavera, sus crías se enfrentan a un peligro mucho mayor que el frío, los osos pardos. Los encuentros pueden ser brutales, pero si unos pocos terneros sobreviven, el futuro de la manada está asegurado.
Al norte de la tundra está el océano Ártico, el único que puede congelarse por completo. Aquí vive uno de los animales más peculiares del planeta, la foca capuchina. Los machos tienen unas extraordinarias narices hinchables, de las que sale un globo rojo brillante por la fosa nasal izquierda. Un macho espera que esto le haga irresistible.
Todos los hábitats helados tienen algo en común: la amenaza que supone el cambio climático actual. Al viajar a la isla de Groenlandia, que alberga la mayor masa de hielo del hemisferio norte, somos testigos de cómo el calentamiento global está derritiendo su capa de hielo a un ritmo más rápido que nunca, con profundas consecuencias para el nivel global del mar. Por último, visitamos al habitante más emblemático del Ártico, el oso polar, mientras una madre osa lucha por mantener a sus crías en un mundo en el que el hielo marino disminuye.