En este revelador documental, Giancarlo Granda, antiguo encargado de la piscina del Hotel Fontainebleau, comparte los detalles íntimos de su relación de 7 años con una encantadora mujer mayor, Becki Falwell, y su marido, el incondicional evangélico de Trump, Jerry Falwell Jr. Dirigida por Billy Corben, la película esboza el enredo de Granda con las vidas aparentemente perfectas de los Falwell y la influencia global que este asunto tuvo en unas elecciones presidenciales. La vida de Jerry Falwell -el fallecido tele evangelista de la Mayoría Moral que durante décadas ayudó a catalizar el giro a la derecha de los evangélicos estadounidenses antes de su muerte en 2007- es una historia estadounidense por excelencia. Pero es en la siguiente generación donde la narrativa de Falwell se convierte a la vez en telenovela y cuento moral. La película cubre la caída en desgracia de Jerry Falwell Jr., que tras la muerte de su padre fue colocado en la presidencia del órgano conservador de la familia, la Liberty University. Allí pareció permanecer penosamente esclavo de sus apetitos. Escuchamos testimonios sobre su supuesta tendencia a beber en el trabajo y las entrevistas incómodas y embarulladas entre él y medios de comunicación afines, pero lo más importante es el testimonio de Giancarlo Granda. Granda trabajaba en la piscina de un hotel de Miami cuando conoció a Falwell y a su esposa, Becki, en 2012. Hoy alega que le convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con Becki mientras Falwell miraba, y que la pareja mantuvo con él una campaña continua que podría describirse como coercitiva. Sus energías se consumían mientras luchaba contra comportamientos arbitrarios y a veces amenazantes, y culpa al remolino de escándalos que les rodeaba de haber descarrilado su futuro profesional. Granda, que habla con franqueza y sólo en ocasiones se muestra visiblemente emocionado, es su mejor defensor cuando describe a una pareja que, según él, ansiaba su cuerpo y estaba dispuesta a desechar el resto de su persona.
El escritor de viajes Simon Reeve se embarca en dos viajes largos a través de Turquía, explorando este bello y dramático pais, que se encuentra en el centro de sucesos con resonancia mundial. En el primer episodio, visitamos Estambul y las playas y las aguas cristalinas del mar Egeo, antes de terminar en la frontera desgarrada por la guerra con Siria. En la región que se cree que fue el origen de los primeros viñedos, Simon se encuentra con un productor que ahora intenta vender vino en un país musulmán con un gobierno cada vez más conservador. En Estambul, conoce a algunas de las personas que dan forma a la Turquía moderna, desde leales simpatizantes del controvertido y autoritario presidente de la nación hasta el maestro de obras que construye una de las mezquitas más grandes del mundo y el famoso multimillonario que se beneficia del auge inmobiliario turco. A lo largo de la famosa Costa Turquesa de Turquía, Simon tiene un sabor de lujo en el hotel más caro del país, pero descubre una industria arrodillada, cómo la guerra en Siria y los atentados terroristas mortales mantienen alejados a millones de turistas.
El documental, ambientado en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial, analiza el espíritu del nuevo laborismo de la postguerra (1945-1951) y los cambios radicales bajo el gobierno de Clement Attlee, que fueron desmantelados a partir de 1979 por los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher. Rodado con material de archivo y entrevistas sin narrador, el filme recuerda la pobreza endémica de la Gran Bretaña de entreguerras, el sentido de optimismo que siguió a la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la expansión del estado del bienestar, la fundación del Servicio Público de Salud y la nacionalización de sectores importantes de la economía británica.
La vida de Jerry Falwell -el fallecido tele evangelista de la Mayoría Moral que durante décadas ayudó a catalizar el giro a la derecha de los evangélicos estadounidenses antes de su muerte en 2007- es una historia estadounidense por excelencia. Pero es en la siguiente generación donde la narrativa de Falwell se convierte a la vez en telenovela y cuento moral. La película cubre la caída en desgracia de Jerry Falwell Jr., que tras la muerte de su padre fue colocado en la presidencia del órgano conservador de la familia, la Liberty University. Allí pareció permanecer penosamente esclavo de sus apetitos. Escuchamos testimonios sobre su supuesta tendencia a beber en el trabajo y las entrevistas incómodas y embarulladas entre él y medios de comunicación afines, pero lo más importante es el testimonio de Giancarlo Granda.
Granda trabajaba en la piscina de un hotel de Miami cuando conoció a Falwell y a su esposa, Becki, en 2012. Hoy alega que le convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con Becki mientras Falwell miraba, y que la pareja mantuvo con él una campaña continua que podría describirse como coercitiva. Sus energías se consumían mientras luchaba contra comportamientos arbitrarios y a veces amenazantes, y culpa al remolino de escándalos que les rodeaba de haber descarrilado su futuro profesional. Granda, que habla con franqueza y sólo en ocasiones se muestra visiblemente emocionado, es su mejor defensor cuando describe a una pareja que, según él, ansiaba su cuerpo y estaba dispuesta a desechar el resto de su persona.