En 1979, después de intensas pesquisas policiales, los ataques del brutal depredador cesan abruptamente en el norte de California. En realidad se había mudado 600 km al sur, donde comete una serie de crímenes horrorosos en el área de Santa Bárbara, donde se le conoce con el nombre del Asaltante Nocturno. Michelle McNamara acuña el nombre de Golden State Killer (asesino del estado dorado) porque estaba aterrizando por toda California.
Michelle tiene dificultades para introducir su propia historia en su novela.

Tras conseguir acceso directo a los expedientes del Sheriff de Orange County, Michelle McNamara y sus editores acuerdan poner una fecha límite a su libro. Además, Michelle debe hacer frente a una serie de recuerdos personales muy dolorosos, al horror del caso y a las exigencias del día a día.

Mientras los seres queridos de Michelle McNamara afrontan su repentina muerte, su trabajo para desenmascarar al Asesino del Estado Dorado perdura. Después de recibir 37 cajas de archivos sobre el caso, Paul Haynes y Billy Jensen trabajan junto a Patton Oswalt para finalizar su libro.

Después de cuatro décadas de buscarlo, consiguieron una coincidencia del cien por ciento, con el ADN del Golden State Killer. Mientras se lleva a cabo el arresto del expolicía de 72 años Joe DeAngelo, unos hechos espeluznantes del epílogo de Michelle McNamara, 'Carta a un viejo', se materializan.

En las profundidades de los bosques del norte de Italia se encuentra la preciada trufa blanca de Alba. Objeto de deseo por los mayores mecenas del mundo, sigue siendo un elemento al que rodea un extraño misterio. No puede ser cultivada ni hallada: los únicos del planeta que saben cómo desenterrarlas son un pequeño grupo de ancianos italianos que caminan con bastón, que tienen un endiablado sentido del humor y que sólo van a su búsqueda por la noche, para que no quede ningún rastro de su manera de trabajar. Aún así, este pequeño enclave provoca un enfebrecido mercado que abarca el mundo entero.