Hace 25 milliones de años, los mamíferos terrestres más grandes de todos los tiempos, los Indricoterios, caminaban sobre la tierra. De hasta 7 metros de alto y 15 toneladas de peso, los adultos carecían de depredadores. El tercer capítulo sigue a un cría de este animal desde su nacimiento mientras va superando sequías, jabalíes monstruosos y el Hienodon, un predador del tamaño de un rinoceronte cuyas mandíbulas podían triturar rocas.

Estamos en mitad de una glaciación hace 30.000 años. El paisaje esta dominado por los poderosos mamuts, viviendo codo con codo con los rinocerontes lanudos, los ciervos gigantes y las dos especies de humanos. El ultimo episodio sigue a una manada de mamuts en su lucha contra unas condiciones terribles y en sus migraciones, soslayando peligros como las trampas de hielo y los predadores como los leones de las cavernas y los neandertales.

Esta es la historia de un libro que pudo haber cambiado la historia del mundo. Para un ojo no entrenado, no es más que un pequeño libro bizantino de oraciones. Pero apenas visible entre los rezos, aparecen palabras que habían estado perdidas durante casi 2.000 años, textos únicos de una de la mentes más brillantes de la antigua Grecia, Arquímedes, un genio matemático siglos por delante de su época. Los expertos han restaurado el frágil documento para revelar ideas revolucionarias que de estar disponibles para los estudiosos del renacimiento hubieran acelerado la tecnología humana varios cientos de años.

El papel de Japón en la Segunda Guerra Mundial adquiere una perspectiva enteramente nueva con documentos visuales recuperados recientemente. La historia del militarismo en Japón se cuenta desde el testimonio personal de los propios japoneses, desde las primeras victorias a la devastadora derrota.

Esta serie describe el juicio más famoso de la historia por crímenes de Guerra y contra la humanidad, el celebrado en Nuremberg contra los jerarcas Nazis al final de la Segunda Guerra Mundial. En el primer episodio, Albert Speer. El amigo y arquitecto de Hitler, y luego su ministro de armamento fue el único que aceptó su responsabilidad por los crímenes. Pero ¿fue su arrepentimiento genuino o una estrategia de defensa para librarse de la horca?