Zachary Quinto explora el impredecible y aterrador fenómeno de los pozoz devoradores para determinar qué los causa. Visitará un hombre en Florida cuyo hermano murió cuando su casa fue literalmente tragada por la tierra, y también una serie de pozos que están formando unas cuevas justo debajo de un vecindario. Investigará si son evidencia de los efectos de la humanidad sobre nuestro planeta y se alarmará al descubrir la gran similitud entre todos ellos y que pueden aparecer en cualquier momento, en cualquier sitio.
En esta curiosa serie, las mentes detrás de las franquicias de juguetes más icónicas de la historia nos hablarán sobre el ascenso (y en ocasiones caída) de sus multimillonarias creaciones. En 1977, después de ser rechazado por Mattel y Hasbro, Lucasfilm firmó con Kenner la producción de los juguetes de su película de ciencia ficción Star Wars. Fue una apuesta alta ya que Kenner era una compañía de juguetes pequeña y porque el momento de la negociación empezó tarde debido a la gran reserva para revelar sus diseños de George Lucas. Desde entonces, las ventas de los juguetes de la franquicia Star Wars han totalizado más de 14.000 millones de dólares en todo el mundo.
El cerebro es como una esponja. Absorbe información constantemente. Crece cuando se estimula. Con los teléfonos móviles, libros, películas, amigos, familia, miles de sensaciones fluyen constantemente en nuestras cabezas. ¿Y si nos desconectáramos de todo? Imagínate encerrado en una habitación de 3 metros cuadrados en completo aislamiento. Sin relojes, teléfonos, libros, nada para escribir y sin ventanas. Los psicólogos dicen que estar menos de tres días en un cuarto como este puede producir daño cerebral. Permaneceré en esta habitación por tres días. Michael explora los efectos del aislamiento en la mente humana sometiéndose a sí mismo a un experimento muy interesante.
La sociedad humana es increíblemente compleja. Y las fuerzas opuestas que nos empujan a consensuar y también a expresar nuestra individualidad son ambas necesarias. Otras personas pueden influir en nosotros de buena manera
y en formas no tan buenas. Michael Stevens repasa la urgencia humana de consensuar con otros y cuán fuerte es esta urgencia frente a nuestras propias creencias y nuestra identidad.
Nuestra relación con la destrucción no es sencilla. Puede liberar endorfinas y relajar la mente. Puede ayudarnos a regular las reacciones emocionales, pero puede amplificar nuestro enfado. ¿Puede calmarnos el romper violentamente cosas? ¿O simplemente volvernos más agresivos? Descúbrelo con Michael Stevens investigando sobre nuestro impulso para destruir.
Investigará si son evidencia de los efectos de la humanidad sobre nuestro planeta y se alarmará al descubrir la gran similitud entre todos ellos y que pueden aparecer en cualquier momento, en cualquier sitio.