En una carretera polvorienta entre la ciudad más aislada de Australia y su yacimiento de oro más grande se encuentra Coolgardie, donde la llegada cada tres meses de un nuevo par de extranjeras para trabajar en el único bar de la ciudad es un evento muy anhelado. Recién bajadas del avión y atraídas por la promesa de una auténtica experiencia en el interior del país, las finlandesas Lina y Steph se encuentran en camino a un punto en el mapa: para servir cervezas, recuperar los gastos por el viaje, y vivir entre los habitantes del lugar. Pero sus vacaciones de trabajo se complican hasta el punto de convertirse en un bautismo de fuego. Arengadas por su nuevo jefe, perseguidas implacablemente por clientes ebrios y presas de la locura y el malestar de un ambiente tan claustrofóbico como aislado, las chicas pronto se dan cuenta de que para cumplir con las expectativas, tendrán que hacer algo más que servir pintas.
Un recorrido implacable por las calles y las cárceles de Newark, la ciudad más grande de Nueva Jersey, y el relato de la lucha desesperada por sobrevivir al enemigo más letal que jamás haya atacado Estados Unidos. El documental examina los altibajos de los círculos viciosos de la adicción a las drogas y la delincuencia callejera en una de las partes más conflictiva de Nueva Jersey.
¿Cómo llegó a existir el universo? Gracias a una serie de descubrimientos, nuestras misiones espaciales más poderosas han desvelado 13.800 millones de años de evolución cósmica y han revelado la historia de nuestro universo desde su nacimiento hasta la llegada de nuestra naciente civilización. Nuestra guía en esta odisea de regreso a los albores de los tiempos es la luz. Los telescopios son máquinas del tiempo: al observar el universo distante, abren una ventana al pasado. Un telescopio más que cualquier otro nos ha ayudado a viajar a través de la historia del universo: el Telescopio Espacial Hubble de la NASA. Sorprendentemente, Hubble incluso ha encontrado una de las primeras galaxias que existieron en el universo, que nació hace unos 13.400 millones de años. Es un descubrimiento que indica los inicios de nuestra propia Vía Láctea. Realistas imágenes generadas por ordenador dan vida a esta antigua galaxia, permitiéndonos presenciar por nosotros mismos el primer amanecer. Fue el comienzo de una relación entre estrellas y planetas que, en un mundo lejano, conduciría al origen de la vida y, en última instancia, a nosotros. Los increíbles descubrimientos del Hubble han permitido a los científicos reconstruir una gran parte de nuestra historia cósmica, pero no pueden llevarnos al momento más importante de la historia: el Big Bang. Durante décadas, el momento en que comenzó el universo fue objeto de pura especulación, pero al combinar la astronomía y la cosmología, los científicos finalmente encontraron una manera de poner a prueba sus teorías y estudiar los eventos trascendentales que tuvieron lugar durante el Big Bang. Pueden hacer esto porque el telescopio espacial Planck de la Agencia Espacial Europea ha visto el resplandor del Big Bang, algo que llamamos Fondo Cósmico de Microondas. El detalle tan fino que Planck nos daba ha ayudado a confirmar algo notable: el Big Bang puede no ser el comienzo. Hubo un tiempo antes del amanecer, un lugar más allá de lo que podemos comprender. El profesor Brian Cox nos transporta a la fracción de segundo anterior al Big Bang, cuando se plantaron las semillas de nuestro universo.
El centro de nuestra galaxia alberga un monstruo invisible de un poder inimaginable: un agujero negro supermasivo llamado estrella Sagitario A, con cuatro millones de veces la masa del Sol. Recientes avances astronómicos han confirmado no solo la existencia de agujeros negros como la estrella Sagitario A, sino que estos extraños objetos invisibles pueden ser los protagonistas galácticos definitivos. Las impresionantes imágenes generadas por ordenador nos llevan a presenciar los orígenes ardientes del agujero negro de nuestra galaxia hace 13.600 millones de años, cuando el universo primitivo albergaba enormes estrellas azules que, cuando se quedaron sin combustible, colapsaron bajo su propia enorme masa, aplastandose en un objeto tan pequeño y tan denso que perforó un agujero en la estructura del universo. Durante miles de millones de años, la estrella Sagitario A se dio un festín con el gas y las estrellas cercanas y con fusiones cataclísmicas con otros agujeros negros. Un descubrimiento revolucionario realizado por el telescopio de rayos gamma Fermi de la NASA ha demostrado que nuestro agujero negro tenía el poder de esculpir toda la galaxia, creando vastas burbujas de gas por encima y por debajo de nuestra galaxia e incluso protegiendo sistemas estelares como el nuestro. En una alucinante conclusión, Brian Cox revela cómo nuestra comprensión moderna de los agujeros negros está desafiando nuestros conceptos de realidad hasta el punto de ruptura. Al tratar de comprender el destino de los objetos que caen en la estrella Sagitario A, los científicos han llegado a una conclusión sorprendente: el espacio y el tiempo, conceptos tan fundamentales para la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea, no son tan fundamentales como alguna vez pensamos.
El profesor Brian Cox continúa su épica exploración del cosmos observando la tenue banda de luz que se extiende por el cielo nocturno: nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. El Sol es solo una de las casi 400 mil millones de estrellas que forman este vasto y majestuoso disco de luz, nuestro propio hogar en el universo. Gracias a animaciones espaciales de vanguardia, finalmente podemos revelar la dramática historia de la Vía Láctea y predecir su futuro catastrófico. Nuestra galaxia comenzó con una fracción del tamaño que tiene hoy, y el telescopio Gaia ha revelado cómo creció a lo largo de los eones. Los efectos visuales bellamente renderizados basados en los últimos datos de Gaia han revelado la notable historia de la evolución de nuestra galaxia. Cuando nuestra joven galaxia se encontró con galaxias rivales, experimentó una serie de violentos brotes de crecimiento e intensos períodos de cambios cataclísmicos mientras luchaba por sobrevivir. Cada vez que nuestra galaxia se alimenta, comienza una nueva era de formación de estrellas, alimentada por torrentes entrantes de nuevo gas fresco y de energía. Y hay otra colisión por venir. Otra galaxia más grande viene hacia nosotros. Andrómeda se dirige directamente hacia nosotros a un cuarto de millón de millas por hora. El destino a largo plazo de la Vía Láctea está en juego.
Arengadas por su nuevo jefe, perseguidas implacablemente por clientes ebrios y presas de la locura y el malestar de un ambiente tan claustrofóbico como aislado, las chicas pronto se dan cuenta de que para cumplir con las expectativas, tendrán que hacer algo más que servir pintas.