El quinto episodio de la serie es una fascinante exploración de la era de los dinosaurios y su impacto en la evolución de la vida en la Tierra. A través de un viaje de 200 millones de años, descubrimos cómo la descomposición de Pangea y los cambios tectónicos dieron forma a la biodiversidad y crearon entornos para que los dinosaurios y otras formas de vida florecieran. Desde el majestuoso Diplodocus hasta el formidable Alosaurio, el documental trae a la vida a los gigantes que una vez dominaron nuestro planeta. Además, nos muestra la evolución de las plantas, destacando la aparición de las flores y su relación simbiótica con los insectos, como las termitas y las hormigas, cuyas dinámicas sociales y evolutivas se exploran en profundidad. La narración también aborda el surgimiento de los mamíferos y su coexistencia con los dinosaurios, destacando especies como el Numbat y su lucha por la supervivencia. Con impresionantes imágenes y una narrativa cautivadora, este episodio es una invitación a conocer, maravillarse y reflexionar sobre la extraordinaria historia de la vida en la Tierra.
Sumérgete con David Attenborough en un mundo donde una sola vida puede durar mil años. Mira cosas que ningún ojo ha visto jamás y descubre la dramática y hermosa vida vegetal de la Tierra. En el primer episodio, Sir David Attenborough visita Sudamérica y Borneo para mostrarnos cómo los bosques tropicales aglutinan la mayor variedad de plantas y animales del planeta. Las ramas superiores de los árboles gigantes sostienen un mágico jardín que mira al cielo, donde una variedad casi infinita de flores compiten por la atención de colibríes e insectos. Es un entorno de extraordinaria belleza, pero también de una intensa competencia: los trópicos son auténticos campos de batalla de las plantas. Las plantas necesitan luz. Cuando cae un árbol viejo, la luz del sol penetra en la vegetación, disparando el pistoletazo de salida de una carrera por las alturas. Las plántulas luchan con brotes, ganchos de agarre y hojas gigantes, que condenan a otros a la sombra.
Jeremy Clarkson decide convertirse en naturalista. 'El número de insectos ha disminuido en un 25% en treinta años, y sigue bajando. Sin insectos, terminaría toda la vida en la Tierra. Los lugares donde les gusta vivir a los insectos desaparecen y he decidido hacer algo al respecto. Mi plan es hacer que mis setos, mis valles, mis bosques y mis arroyos sean más atractivos para los animalejos. Básicamente, voy a dejar partes de la granja intactas. Dejaré que la Madre Naturaleza esté al volante. Vamos a repoblar.'
Hace cerca de 340 millones de años una familia completamente nueva de animales evolucionaba en pantanos primitivos. Habrían de dar un paso más que los anfibios que habían emergido en tierra firme antes. Ellos finalmente cortaron definitivamente su vínculo con el agua. Fueron los ancestros de los lagartos actuales. Desarrollaron pieles escamosas e impermeables y se mudaron hacia las selvas. Se diversificaron en una multitud de diferentes formas y tamaños. Desarrollaron sistemas de señas para comunicarse. Y disputaron como lo hacen todos los animales por hembras y por territorio. Para alimentarse cazaron insectos que ya estaban bien establecidos en tierra, en gran número. Alimentaron su cuerpo también con calor que obtuvieron directamente del Sol. Gracias a la diversidad se extendieron a los hábitats más rigurosos, a los calcinantes desiertos secos que llegarían a dominar.
El tejón mielero parece algo que podrías comprar en la tienda de mascotas, pero sucede que es uno de las criaturas más violentas y determinadas de la tierra. Su alto metabolismo lo obliga a comer constantemente. Su dieta es amplísima y ve desde los insectos a las serpientes venenosas. Si un animal es demasiado grande para comerlo, el tejón peleará con él de todas maneras. El documental capta escenas de sus luchas con cobras y leopardos.
Con impresionantes imágenes y una narrativa cautivadora, este episodio es una invitación a conocer, maravillarse y reflexionar sobre la extraordinaria historia de la vida en la Tierra.