Cuando el Homo sapiens dominó el fuego hace cientos de miles de años, todo cambión. El fuego nos permitió cocinar los alimentos y calentarnos, y sirvió como un punto de encuentro para contar historias y compartir la identidad cultural entre los miembros de la comunidad. No hemos establecido todavía los parámetros de lo que significa ser 'humanos'. Parece que lo único que nos separa de los demás animales, pondera Neil deGrasse Tyson, es nuestra neurótica necesidad de sentirnos especiales. En los Salones de la Extinción, Tyson insiste que debería haber una clara distinción entre nosotros mismos y los animales para justificar que los comamos, los usemos para vestirnos y que incluso lo llevemos a su fin como especie. Este episodio es una exploración del potencial humano para el cambio. Concluye con la historia de como uno de los tiranos más sanguinarios se trasformó en uno de los gobernantes más preclaros.
A las once en punto de la Nochevieja del Calendario Cósmico, surgió el Homo erectus, liberando sus manos y ganando para nuestra especie su nombre. Empezaron a explorar, a arriesgarse para llegar a nuevos lugares. Nuestros parientes los neardentales vivían y hacían muchas de las cosas que consideramos que son 'humanas'. Más inquietos que sus primos Neandertales y Denisovanos, nuestros antepasados Homo sapiens cruzaron océanos y paisajes despiadados, cambiando el paisaje y la atmósfera, hasta llegar a causar extinciones masivas. La comunidad científica le ha dado a esta era el nombre de 'Antropoceno'. Desde las primeras civilizaciones nos hemos preguntado si había algo en la naturaleza humana que contiene las semillas de nuestra propia destrucción. Syukuro Manabe nació en el Japón rural y tomó interés en la temperatura media global de la Tierra. Durante la década de 1960 reunión evidencias para predecir el incremento en la temperatura del planeta debido a los gases de efecto invernadero hasta que convertirlo en un lugar inhabitable y tóxico que podría conducir a nuestra extinción. 'Esto no tiene que pasar', nos dice Neil deGrasse Tyson, 'No es demasiado tarde. Hay otros caminos, otros futuros que aún podemos tener; encontraremos una manera'.
El último episodio de la serie pondera el destino de la Tierra. Neil deGrasse Tyson comienza con una reflexión sobre la ciencia y sobre aquellos que nos han ayudado a entenderla: 'Todos sentimos el peso de las sombras sobre nuestro futuro, pero en otros tiempos tan ominosos como el nuestro, hubo quienes pudieron ver un camino entre la oscuridad para encontrar la estrella que nos guiara'. El joven Carl Sagan y el propio Tyson descubrieron su pasión por la ciencia en una feria mundial de Nueva York del pasado. Ahora visitaremos los deslumbrantes pabellones del la Feria Mundial de Nueva York de 2039, donde los problemas que consideramos actualmente como irresolubles has sido resueltos a través del compromiso de la gente y de la imaginación científica. Y el bebé del episodio anterior es ya una mujer con un futuro brillante y lleno de posibilidades.
Este episodio es una exploración del potencial humano para el cambio. Concluye con la historia de como uno de los tiranos más sanguinarios se trasformó en uno de los gobernantes más preclaros.