La Antártida es el más hostil de los mundos helados de la Tierra. Sin embargo, incluso aquí, en medio de algunas de las condiciones más difíciles del planeta, la vida encuentra una manera no sólo de sobrevivir, sino de prosperar. Nuestro viaje comienza en el extremo del continente, en sus lejanas islas subantárticas. Aquí nos encontramos con pingüinos rey que, para alimentarse en el mar, deben enfrentarse al peligro de las feroces focas leopardo que acechan en los bajíos. En otra isla, presenciamos por primera vez cómo los machos de albatros errantes de las Antípodas se asocian entre sí, ya que las hembras de su población están desapareciendo debido a la actividad pesquera. En dirección al continente antártico, atravesamos los mares más bravos de la tierra, el Océano Austral, donde encontramos la rara vez filmada ballena azul, el animal más grande que jamás haya existido. En el borde de la Antártida, el mar es tan frío que se congela, creando una plataforma de hielo vital para que una madre foca de Weddell pueda criar a su precioso cachorro. Sin embargo, ella necesita protegerlo de los machos agresivos. En primavera, la costa de la Antártida está libre de nieve, lo que atrae a miles de pingüinos barbijo que se reproducen. Las piedras son abundantes para construir sus nidos elevados y proteger a los polluelos del agua del deshielo. Pero los robos son habituales y, para empeorar las cosas, con el cambio climático nos encontramos hoy con polluelos que tiemblan de hipotermia debido a que el calentamiento de la Antártida implica un aumento del agua de deshielo. Otros residentes también se enfrentan a un futuro incierto, como las orcas que patrullan por las olas. Descubrimos que sus presas favoritas, las focas de Weddell, son ahora más difíciles de alcanzar, por lo que están recurriendo a presas mucho más resistentes, como las focas leopardo, un depredador supremo por derecho propio. Este dramático encuentro nunca había sido filmado. Al adentrarnos en el interior del continente, en el corazón helado de la Antártida, nos encontramos con grandes sorpresas. Esta es una de las regiones más volcánicas de la Tierra, y una de las más secas. Descubrimos inesperadas dunas de arena, escondidas en un raro valle sin hielo. Luego, en las cimas de las montañas expuestas, que sobresalen del interior, por lo demás cubierto de hielo, encontramos diminutos petreles de las nieves, que crían a sus polluelos más al sur que cualquier otra ave, y defienden su territorio usando vómitos como proyectil. La mayor revelación se encuentra en las profundidades del interior, bajo la superficie de un lago cubierto de hielo, donde descubrimos antiguas estructuras de aspecto alienígena, estromatolitos gigantes, construidas por formas de vida primitivas. Si la vida puede llegar aquí, en los extremos de la Antártida, se plantea la posibilidad de que la vida pueda existir en otros lugares, incluso en los lagos helados de planetas lejanos.
¿Como puede un chef entrenado en las mejores cocinas de Francia trasladar su alta cocina a la comida rápida? La obsesión de Ludo Lefebvre con las aves perfectamente cocinada pueden rastrearse hasta Francia, donde aprendió a dorar pollos. Su amor por la Norteamérica clásica se concretó en 1996 cuando llegó a Los Ángeles y comió el pollo frito de Kentucky por primera vez: 'Era la misma sensación'. La piel crujiente y la carne jugosa, y la brecha entre sus dos mundos se cerró. En este episodio aprenderemos como un francés se hizo famoso con un plato genuinamente norteamericano.
Para Ewan y Charley, su viaje en las suaves carreteras ecuatorianas está siendo un alivio, tras haber conducido antes por duros caminos de tierra. Lo siguiente es una parada en una factoría de los famosos sombreros Panamá. Uno de los artesanos les explica que su fabricación, que es rigurosamente a mano, lleva alrededor de un mes. Por otra parte, los Rivians están siguiendo un camino diferente por América Central debido a que el Tapón del Darién les bloquea el camino, y tendrán que coger un ferry. En su camino hacen una parada en una de las fábricas de chocolate para conocer más sobre la elaboración del cacao, unos de los pilares de la economía del país.
La serie ‘La Vida en nuestro planeta’, realizada por Steven Spielberg y narrada por Morgan Freeman, despliega la notable y épica travesía de cuatro mil millones de años de la vida en la Tierra. Su cautivadora narrativa explora la continua batalla de la vida para conquistar y sobrevivir, profundizando en la historia de las 20 millones de especies que existen hoy en día. Sin embargo, lo que presenciamos es simplemente una instantánea en el tiempo: el 99% de los habitantes de la Tierra están enterrados en nuestro profundo pasado. Esta serie entreteje los relatos de estas dinastías, narrando su ascenso y caída en una historia tan increíble como ilustrativa, despertando un profundo interés en la historia y la resiliencia de la vida en la Tierra. El primer episodio traza la evolución de la vida en nuestro planeta y resalta la diversidad de la vida, desde los antiguos tiburones hasta el reinado de los dinosaurios y la aparición de los mamíferos. El episodio muestra la constante lucha por la supervivencia y la adaptación a través de diferentes eras, ilustrando la naturaleza dinámica y a menudo brutal de la evolución de la Tierra.
Ewan McGregor y Charley Bormann están cerca de completar su periplo. Hay discusiones sobre la seguridad, porque atravesarán regiones dominadas por cárteles peligrosos. Deciden emplear un autobús para viajar y transformarlo para albergar las motos dentro. En tiempo record, el equipo acondiciona y repara un autobús de saldo y reemprenden su trayecto. Cerca de los Estados Unidos retoman sus motos, pero tienen que esperar 12 horas de cola para superar su último cruce de fronteras. Realizan el tramo final a Los Ángeles, donde los esperan familiares, amigos y seguidores, que forman una caravana triunfal hasta la llegada a su punto de destino. Lo han conseguido, han terminado 'El mundo en moto: Rumbo norte', toda una proeza. Entre saludos efusivos y celebraciones, se pone un emocionante punto final al increíble viaje realizado por Ewan, Charley y su equipo.
Nuestro viaje comienza en el extremo del continente, en sus lejanas islas subantárticas. Aquí nos encontramos con pingüinos rey que, para alimentarse en el mar, deben enfrentarse al peligro de las feroces focas leopardo que acechan en los bajíos. En otra isla, presenciamos por primera vez cómo los machos de albatros errantes de las Antípodas se asocian entre sí, ya que las hembras de su población están desapareciendo debido a la actividad pesquera.
En dirección al continente antártico, atravesamos los mares más bravos de la tierra, el Océano Austral, donde encontramos la rara vez filmada ballena azul, el animal más grande que jamás haya existido. En el borde de la Antártida, el mar es tan frío que se congela, creando una plataforma de hielo vital para que una madre foca de Weddell pueda criar a su precioso cachorro. Sin embargo, ella necesita protegerlo de los machos agresivos.
En primavera, la costa de la Antártida está libre de nieve, lo que atrae a miles de pingüinos barbijo que se reproducen. Las piedras son abundantes para construir sus nidos elevados y proteger a los polluelos del agua del deshielo. Pero los robos son habituales y, para empeorar las cosas, con el cambio climático nos encontramos hoy con polluelos que tiemblan de hipotermia debido a que el calentamiento de la Antártida implica un aumento del agua de deshielo. Otros residentes también se enfrentan a un futuro incierto, como las orcas que patrullan por las olas. Descubrimos que sus presas favoritas, las focas de Weddell, son ahora más difíciles de alcanzar, por lo que están recurriendo a presas mucho más resistentes, como las focas leopardo, un depredador supremo por derecho propio. Este dramático encuentro nunca había sido filmado.
Al adentrarnos en el interior del continente, en el corazón helado de la Antártida, nos encontramos con grandes sorpresas. Esta es una de las regiones más volcánicas de la Tierra, y una de las más secas. Descubrimos inesperadas dunas de arena, escondidas en un raro valle sin hielo. Luego, en las cimas de las montañas expuestas, que sobresalen del interior, por lo demás cubierto de hielo, encontramos diminutos petreles de las nieves, que crían a sus polluelos más al sur que cualquier otra ave, y defienden su territorio usando vómitos como proyectil.
La mayor revelación se encuentra en las profundidades del interior, bajo la superficie de un lago cubierto de hielo, donde descubrimos antiguas estructuras de aspecto alienígena, estromatolitos gigantes, construidas por formas de vida primitivas. Si la vida puede llegar aquí, en los extremos de la Antártida, se plantea la posibilidad de que la vida pueda existir en otros lugares, incluso en los lagos helados de planetas lejanos.