Sumérgete con David Attenborough en un mundo donde una sola vida puede durar mil años. Mira cosas que ningún ojo ha visto jamás y descubre la dramática y hermosa vida vegetal de la Tierra. En el primer episodio, Sir David Attenborough visita Sudamérica y Borneo para mostrarnos cómo los bosques tropicales aglutinan la mayor variedad de plantas y animales del planeta. Las ramas superiores de los árboles gigantes sostienen un mágico jardín que mira al cielo, donde una variedad casi infinita de flores compiten por la atención de colibríes e insectos. Es un entorno de extraordinaria belleza, pero también de una intensa competencia: los trópicos son auténticos campos de batalla de las plantas. Las plantas necesitan luz. Cuando cae un árbol viejo, la luz del sol penetra en la vegetación, disparando el pistoletazo de salida de una carrera por las alturas. Las plántulas luchan con brotes, ganchos de agarre y hojas gigantes, que condenan a otros a la sombra.
En el capítulo sexto y final el protagonista es el fotógrafo de naturaleza y cultura de renombre mundial Art Wolfe. David Attenborough se enorgullece de él, su trabajo se ha publicado a través de las principales revistas del mundo y ha pasado la mayor parte de su vida fotografiando tribus desconocidas para el mundo exterior. Son realmente impactantes sus encuentros con los hombres de barro y la gente Huli en las tierras altas de Papua Nueva Guinea.
Desvelaremos como los pájaros tomaron los cielos. En México, Sir David Attenborough observa a los murciélagos cazados por un halcón. Los Pterosaurios fueron los precursores de los pájaros, pero los insectos ya habían desarrollado el vuelo 150 millones de años antes. En las formas primitivas de los pájaros, como el archaeopteryx, se pueden trazar los ancestros reptilianos. Algunas especies actuales, como el lagarto volador, muestra como pudo suceder esta evolución. Uno de los pájaros más grandes que existieron fué el Pájaro del Terror, que midió 2.5 metros." Probablemente fue el evitar a los predadores lo que condujo a los pájaros al aire. Los que perdieron la capacidad de volar por falta de enemigos suelen habitar en islas, como Nueva Zelanda, donde el Moa, otro gran pájaro ya desapareció. Descubriremos la enorme variedad y versatilidad de las aves que habitan allí.
En la esquina Suroeste de África, el agua escasea, aunque estos desiertos están llenos de vida. Este documental celebra el ingenio de la naturaleza,
no importa cuan dura se torne. En los matorrales del Kalahari hay inteligentes suricatos, solitarios y beligerantes rinocerontes negros e insectos gigantes acechados por bandadas de pájaros. En el desierto de Namibia solo hay niebla vaporosa. Las criaturas en el desierto más antiguo del mundo han llegado a los extremos. Como arañas que ruedan para escapar y veremos la pelea más grande entre jirafas jamás filmada
En este tercer episodio veremos como un velociraptor caza pterosaurios en un acantilado junto a una cascada. Un tiranosaurio con cicatrices de batalla cuida sus heridas y se encuentra con un recién llegado. Con su cuerpo emplumado y su pico de pato, un deinocheirus de ocho toneladas recorre un humedal asiático en busca de alivio frente a las molestas moscas que le pican. Una hembra de quetzalcoatlus construye y vigila su nido. Una madre masiakasaurio y su familia cazan cangrejos. Unos elasmosaurios entran en un estuario en busca de peces.
Las ramas superiores de los árboles gigantes sostienen un mágico jardín que mira al cielo, donde una variedad casi infinita de flores compiten por la atención de colibríes e insectos. Es un entorno de extraordinaria belleza, pero también de una intensa competencia: los trópicos son auténticos campos de batalla de las plantas. Las plantas necesitan luz. Cuando cae un árbol viejo, la luz del sol penetra en la vegetación, disparando el pistoletazo de salida de una carrera por las alturas. Las plántulas luchan con brotes, ganchos de agarre y hojas gigantes, que condenan a otros a la sombra.