Vivimos nuestras vidas buscando la felicidad 'allá afuera' como si fuera una mercancía. Nos hemos convertido en esclavos de nuestros propios deseos y anhelos. La felicidad no es algo que pueda ser perseguido o comprado como un traje barato. Esto es Maya, ilusión, el juego interminable de la forma. En la tradición budista, Samsara, o el ciclo interminable del sufrimiento se perpetúa por el deseo de placer y la aversión al dolor. Freud se refirió a esto como el “principio del placer.” Todo lo que hacemos, es un intento de crear placer, para obtener algo que deseamos o para evitar algo que no es deseable, que no queremos. Incluso un organismo simple como el paramecio hace esto. Esto se llama respuesta al estímulo. A diferencia de un paramecio, los humanos tenemos más posibilidades de elección. Somos libres para pensar, y ahí radica el problema. Es pensar en lo que deseamos lo que se ha salido de control. El dilema de la sociedad moderna es que tratamos de entender el mundo no en términos de conciencia interna arcaica, sino cuantificando y calificando lo que percibimos como el mundo externo, a través de medios científicos y mentales. Pensar solo ha llevado a pensar más, y a formular más preguntas. Anhelamos conocer el secreto que crea el mundo y orienta su camino. Pero consideramos esta esencia como si estuviera fuera de nosotros. No como una cosa viviente e inherente a nuestra propia naturaleza. Fue el famoso psiquiatra Carl Jung quien dijo: 'aquel que mira hacia fuera, sueña, aquel que mira hacia adentro, despierta.' No tiene nada de malo desear estar despierto, ser feliz. Lo que está mal es buscar la felicidad fuera cuando solo se puede encontrar en nuestro interior.

El meollo más grande de la historia: La búsqueda de las cosas más pequeñas existentes en el Universo. Es un viaje donde las cosas no sólo se hacen más diminutas sino también mucho más extrañas. Los científicos esperan vislumbrar agujeros de gusano en miniatura, dimensiones múltiples e incluso universos paralelos. Mientras empiezan a explorar este país de las maravillas, donde nada es lo que parece, pueden estar reescribiendo las leyes fundamentales del tiempo y del espacio.

Es una de las cuestiones más inabarcables que los científicos pueden preguntarse: ¿Cuán grande es el universo en el que vivimos? Sigue a los cosmólogos que están creando el mapa más ambicioso de la historia, un mapa de todo lo que existe. Y es más extraño de lo que cualquiera hubiera imaginado, un Univeso sin fin que se extiende mucho más allá de lo que el ojo puede ver. Y, si las últimas investigaciones lo demuestran, nuestro Universo puede ser sólo el comienzo de algo incluso más grande. Mucho más grande.

Ven con nosotros detrás del escenario en el CERN para seguir uno de los retos científicos más caros y épicos de todos los tiempos: La búsqueda del Bosón de Higgs, que da masa a todo lo que existe en nuestro universo. Sin embargo, la caza del Bosón de Higss es solo parte de una búsqueda más grande sobre cómo funciona el universo". Esta búsqueda promete ayudar a contestar cuestiones como porqué existimos y es una parte vital de la Teoría de la Gran Unificación. En el corazón de la búsqueda de esta partícula está la misma característica que hace a los copos de nieve bonitos y a las caras humanas atractivas: La simple y encantadora idea de la Simetría.

La Tierra se formó por una serie de cataclismos cósmicos, incluyendo un tremendo impacto. Aún así, entre el tumulto nació nuestro mundo. ¿Podría la misma cadena de acontecimientos haber creado otras tierras en algún otro lugar, habitadas por critaturas como nosotros?