El Caribe es la base de una notoria banda de piratas que saquean barcos mercantes por América, Europa y África. Para terminar con sus estragos, el rey Jorge I de Inglaterra opta por una táctica de choque: ofrece el perdón a todos aquellos que renieguen de su piratería. Aquellos que rehúsen serán perseguidos y colgados. Dos piratas, Barbanegra y Charles Vane, resisten frente al emisario del rey, Woodes Rogers. ¿Quién ganará la batalla final?

Después de unificar gran parte de Japón, el temible samurái Oda Nobunaga ha muerto. Ante el vacío de poder, su leal partidario Toyotomi Hideyoshi organizó un golpe y se hizo con el dominio. Enfurecido, el poderoso general Katsuie inició su propio intento para controlar la nación. Tras derrotar a Katsuie, finalmente Hideyoshi asume el poder como el gobernante de facto de Japón. Sin embargo, Date Masamune, un joven daimio del norte, ignora sus misivas para someterse.

Impulsado por una ambición despiadada de conquistar el centro de Japón, Nobunaga ha destruido a muchos enemigos que lo habían subestimado. Sus feroces campañas para debilitar a las poderosas instituciones budistas han puesto en su contra a grandes grupos de la población. La crueldad de Nobunaga hace que algunos generales cuestionen su liderazgo, lo que resulta en una traición que transforma el panorama político para siempre.

Diez años después de una sangrienta campaña para tomar el control de su propia provincia, el poderoso caudillo samurái Oda Nobunaga ha tomado gran parte del centro de Japón, incluyendo la capital de la nación, Kioto. Ahora, impulsado por una ambición desbordada, sueña con aplastar a los poderosos clanes que aún se oponen a su gobierno. Y por primera vez en más de un siglo, unir a todo Japón bajo una sola bandera. Pero la brutalidad de Nobunaga ha causado una ira generalizada. Por toda la nación, poderosos enemigos planean su muerte.

Inmensos cardúmenes se amontonan en nuestros mares poco profundos. Peces pequeños que a su vez alimentan a los más grandes. Las ricas aguas cercanas a la costa son las áreas de pesca de nuestro planeta y pueden aportar abundante alimento para la vida salvaje y para la humanidad. Los mares que bordean la tierra suponen menos de una décima parte de los océanos del mundo, pero el 90% de las criaturas marinas viven en las aguas costeras, desde los temibles tiburones hasta los humildes erizos. Proteger estos hábitats es una batalla que la humanidad debe ganar.