En este revelador documental, Giancarlo Granda, antiguo encargado de la piscina del Hotel Fontainebleau, comparte los detalles íntimos de su relación de 7 años con una encantadora mujer mayor, Becki Falwell, y su marido, el incondicional evangélico de Trump, Jerry Falwell Jr. Dirigida por Billy Corben, la película esboza el enredo de Granda con las vidas aparentemente perfectas de los Falwell y la influencia global que este asunto tuvo en unas elecciones presidenciales. La vida de Jerry Falwell -el fallecido tele evangelista de la Mayoría Moral que durante décadas ayudó a catalizar el giro a la derecha de los evangélicos estadounidenses antes de su muerte en 2007- es una historia estadounidense por excelencia. Pero es en la siguiente generación donde la narrativa de Falwell se convierte a la vez en telenovela y cuento moral. La película cubre la caída en desgracia de Jerry Falwell Jr., que tras la muerte de su padre fue colocado en la presidencia del órgano conservador de la familia, la Liberty University. Allí pareció permanecer penosamente esclavo de sus apetitos. Escuchamos testimonios sobre su supuesta tendencia a beber en el trabajo y las entrevistas incómodas y embarulladas entre él y medios de comunicación afines, pero lo más importante es el testimonio de Giancarlo Granda. Granda trabajaba en la piscina de un hotel de Miami cuando conoció a Falwell y a su esposa, Becki, en 2012. Hoy alega que le convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con Becki mientras Falwell miraba, y que la pareja mantuvo con él una campaña continua que podría describirse como coercitiva. Sus energías se consumían mientras luchaba contra comportamientos arbitrarios y a veces amenazantes, y culpa al remolino de escándalos que les rodeaba de haber descarrilado su futuro profesional. Granda, que habla con franqueza y sólo en ocasiones se muestra visiblemente emocionado, es su mejor defensor cuando describe a una pareja que, según él, ansiaba su cuerpo y estaba dispuesta a desechar el resto de su persona.
Es una de las figuras religiosas más legendarias e influyentes. Pero, ¿cómo fue su vida realmente? El director David Grubin nos cuenta la vida de Gautama Buda (563-483 BC), desde su iluminación bajo un higuera hasta su muerte a la edad de 80 años con un punto de vista inusual: que Gautama nunca se proclamó emisario de Dios sino que buscaba encontrar una manera de traer la paz y el alivio del sufrimiento a los otros en un mundo a menudo cruel. "El Buda" combina filmaciones originales, testimonios como los de decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, y mucho más. Narrado por Richard Gere.
El documental es un examen iluminador de la Medicina Tibetana, una práctica que ha desarrollado durante dos milenios hasta el día de hoy métodos eficaces para curar que rivalizan con las prácticas médicas occidentales. A diferencia de la medicina occidental, basada en la bioquímica, la medicina tibetana ve el cuerpo humano gobernado por un elaborado sistema organizado de energías fluyendo a través de una red de canales. En el siglo XII se creó el 'Gyüshi' (Conocimiento de la Sanación), un texto codificando este intrincado sistema. Las medicinas usadas comprenden hierbas, raíces, minerales etc. Tras florecer durante siglos, la mayoría de las escuelas médicas tibetanas fueron destruidas por el gobierno chino en los 50 y 60 del pasado siglo y muchos médicos fueron ejecutados. Hablando desde el exilio, el Dalai Lama argumenta sobre el valor de esta medicina, mientras su médico personal, el Dr. Tenzin Choedrak describe los principios que hay detrás de ella. Seguiremos a médicos de la India y Siberia tratando pacientes con diversos padecimientos e investigadores de Israel y Suiza para ver como los estudios clínicos occidentales prueban la efectividad de la medicina tibetana.
La osada Crucifixión de Salvador Dali es a menudo citada como la pintura religiosa más excelsa del siglo XX, aunque el autor era un notorio blasfemo y algunas de sus obras irritaron mucho a la Iglesia católica. El Cristo de San Juan de la Cruz fue pintado a principio de los 50, y está inspirado en un sueño cósmico que Dalí dijo haber tenido, en el que en el núcleo del átomo estaba Cristo mismo. Se basa en un pintura de un fraile español del siglo XVI, con un cristo modelado de un culturista de Hollywood. De acuerdo a muchos estudiosos, es una obra maestra de la técnica pictórica y usa una perspectiva artística inusual, siendo Jesús visto desde arriba.
La serie es un examen de infame culto OVNI a través de los ojos de antiguos miembros y sus seres queridos. Lo que empezó en 1975 con la desaparición de 20 personas de una pequeña ciudad en Oregón, terminó en 19977 con el mayor suicidio en suelo estadounidense y cambió la cara de la moderna religión New Age para siempre. En el primer episodio, Bonnie Nettles y Marshall Applewhite empiezan a reclutar individuos interesados en el cristianismo del fin del mundo, la New Age y los OVNIS. Pero la desaparición de nuevos miembros pronto atrae la atención de los medios de comunicación y los familiares se preocupan.
La vida de Jerry Falwell -el fallecido tele evangelista de la Mayoría Moral que durante décadas ayudó a catalizar el giro a la derecha de los evangélicos estadounidenses antes de su muerte en 2007- es una historia estadounidense por excelencia. Pero es en la siguiente generación donde la narrativa de Falwell se convierte a la vez en telenovela y cuento moral. La película cubre la caída en desgracia de Jerry Falwell Jr., que tras la muerte de su padre fue colocado en la presidencia del órgano conservador de la familia, la Liberty University. Allí pareció permanecer penosamente esclavo de sus apetitos. Escuchamos testimonios sobre su supuesta tendencia a beber en el trabajo y las entrevistas incómodas y embarulladas entre él y medios de comunicación afines, pero lo más importante es el testimonio de Giancarlo Granda.
Granda trabajaba en la piscina de un hotel de Miami cuando conoció a Falwell y a su esposa, Becki, en 2012. Hoy alega que le convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con Becki mientras Falwell miraba, y que la pareja mantuvo con él una campaña continua que podría describirse como coercitiva. Sus energías se consumían mientras luchaba contra comportamientos arbitrarios y a veces amenazantes, y culpa al remolino de escándalos que les rodeaba de haber descarrilado su futuro profesional. Granda, que habla con franqueza y sólo en ocasiones se muestra visiblemente emocionado, es su mejor defensor cuando describe a una pareja que, según él, ansiaba su cuerpo y estaba dispuesta a desechar el resto de su persona.