Andrew Marr narra la historia de los primeros imperios que pusieron los fundamentos de lo que es el mundo actual. De los Asirios a Alejandro el Grande, de China al Mediterráneo. Este tiempo de caos y destrucción trajo los primeros progresos. En Oriente Medio, los fenicios inventaron el alfabeto y surgió la poderosa idea de un solo Dios. En India, Buda ofreció una alternativa radical, un modo de vida no violento. Grandes pensadores desde Sócrates a Confucio propuesieron nuevas ideas sobre como dirigir el mundo más sabiamente y vivir en una sociedad mejor. La Democracia nacía en Grecia y era amenazada inmediatamente por una invasión...

Visitaremos el lugar más peligroso del mundo: La línea de Control de la frontera de Cachemira, que separa la India de Paquistán. Acompañaremos a algunos coreanos del Norte cruzando la frontera hacia China. Muchos la cruzan ilegalmente cada año, algunos a través de trenes subterráneos modernos, hacia la libertad y la posible ciudadanía surcoreana.

El viaje continúa hacia Asia, para descubrir como los primeros cazadores recolectores pudieron sobrevivir en uno de los lugares más inhóspitos de la tierra: el norte de Siberia. También exploramos como pudo haber ocurrido la migración a China y consideramos la controvertida afirmación de que los chinos no comparten el mismo antepasado africano que el resto del mundo.

'Colapso Europeo'. En la Europa de la crisis económica, los jóvenes sin trabajo y sin esperanzas están tomando las calles demandando cambios radicales con medidas extremas de protesta. 'Atasco Sexual en China'. Las consecuencias de su política de hijo único afecta a la población de hombres solteros del país, que sobrepasa en número por millones a la de mujeres solteras. Exploraremos el lucrativo negocio de los servicios de citas y a los jóvenes que usan estos servicios.

Con un poco de imaginación, ¿podrían unos pocos terroristas sabotear una nación poderosa? ¿Quizás incluso doblegar nuestra moderna civilización? La estabilidad de Norteamérica, Europa, China o cualquier potencia global depende de la comunicación digital de alta velocidad. El aumento de la dependencia en los equipos digitales y la interactividad global nos puede estar poniendo en grave peligro. Los científicos de todo el mundo se enfrentan a nuevas amenazas como los troyanos, la adicción destructiva a internet y los biochips malintencionados. Pero ¿Y si la amenaza definitiva es la tecnología en sí misma? ¿Puede ser el final de las superpotencias la toma de consciencia de la propia internet?