Actualmente, en todo el mundo, comemos 13 kilos de pollo al año. El increíble crecimiento de la industria avícola se ha visto impulsada por un negocio que crea vidas y las cosecha a un volumen y una velocidad increíbles. Pero ahora, la escala de la producción ha expuesto a todo el sector del pollo a pequeños y grandes peligros. El implacablemente eficiente sector avícola enfrenta a los criadores unos con otros y les deja expuestos a actos de sabotaje.
Probar algo por completo es difícil, casi imposible. En cambio, tenemos la fe del creyente, el intervalo de confianza del científico. Lo que sabemos es algo que solo creemos saber. En este episodio, les mostraremos las mentiras que nos decimos a nosotros mismos. Y usaremos la convicción para transformar una mentira en verdad.
¿Qué clase de civilizaciones alienígenas podrían existir en la vastedad del espacio? Terra es el mundo imaginado en el cuarto episodio, un planeta de 9.000 millones de años de antigüedad, el doble que la Tierra. Suficientemente antiguo para que una inteligencia verdaderamente avanzada haya evolucionado. Una vez fue un mundo fértil, pero ahora esta desierto. Pero la vida puede aún prosperar en recintos cerrados artificiales. Con el tiempo, los seres que lo habitan han evolucionado para no necesitar sus cuerpos y existen solo como tejido neuronal. Ni envejecen ni mueren y son servidos por robots. Si las civilizaciones alienígenas son tan probables estadísticamente, ¿por qué los astrónomos no han encontrado signo alguno de ellas? ¿Dónde están todos? Cada vez que los buscamos en una estrella individual es como recoger un cubo de agua en el océano. Vamos a tener que mirar un buen número de estrella y buscar en un montón de datos hasta que encontremos la pista que nos lleve a otra civilización.
En este revelador documental, Giancarlo Granda, antiguo encargado de la piscina del Hotel Fontainebleau, comparte los detalles íntimos de su relación de 7 años con una encantadora mujer mayor, Becki Falwell, y su marido, el incondicional evangélico de Trump, Jerry Falwell Jr. Dirigida por Billy Corben, la película esboza el enredo de Granda con las vidas aparentemente perfectas de los Falwell y la influencia global que este asunto tuvo en unas elecciones presidenciales. La vida de Jerry Falwell -el fallecido tele evangelista de la Mayoría Moral que durante décadas ayudó a catalizar el giro a la derecha de los evangélicos estadounidenses antes de su muerte en 2007- es una historia estadounidense por excelencia. Pero es en la siguiente generación donde la narrativa de Falwell se convierte a la vez en telenovela y cuento moral. La película cubre la caída en desgracia de Jerry Falwell Jr., que tras la muerte de su padre fue colocado en la presidencia del órgano conservador de la familia, la Liberty University. Allí pareció permanecer penosamente esclavo de sus apetitos. Escuchamos testimonios sobre su supuesta tendencia a beber en el trabajo y las entrevistas incómodas y embarulladas entre él y medios de comunicación afines, pero lo más importante es el testimonio de Giancarlo Granda. Granda trabajaba en la piscina de un hotel de Miami cuando conoció a Falwell y a su esposa, Becki, en 2012. Hoy alega que le convencieron para que mantuviera relaciones sexuales con Becki mientras Falwell miraba, y que la pareja mantuvo con él una campaña continua que podría describirse como coercitiva. Sus energías se consumían mientras luchaba contra comportamientos arbitrarios y a veces amenazantes, y culpa al remolino de escándalos que les rodeaba de haber descarrilado su futuro profesional. Granda, que habla con franqueza y sólo en ocasiones se muestra visiblemente emocionado, es su mejor defensor cuando describe a una pareja que, según él, ansiaba su cuerpo y estaba dispuesta a desechar el resto de su persona.
Desde que el primer episodio de la serie salió a las ondas en 1966, la franquicia de Star Trek ha tenido una historia de éxitos y fracasos con la industria de los juguetes. Desde el modelo a escala del USS Enterprise al oscuro mercadeo con Remco y a la bancarrota de Mego en 1983. Playmates Toys recogieron la licencia a finales de los 80 y consiguieron un resurgimiento de las ventas de juguetes de la franquicia. Desde comienzo de este siglo hacia adelante, compañías como Art Asylum and McFarlane Toys continúan manteniendo viva la llama de sus juguetes.
El implacablemente eficiente sector avícola enfrenta a los criadores unos con otros y les deja expuestos a actos de sabotaje.