La serie muestra lo que ocurrió en 1993 en Waco, Texas, cuando David Koresh, el líder de la secta de los Davidianos de la Rama, se enfrentó al gobierno federal en un asedio de 51 días. En el primer episodio, veremos como estalla un primer tiroteo cuando los agentes federales llegan al complejo de la Rama Davidiana con una orden de registro. Más tarde, los negociadores de rehenes intentan sacar a los niños del recinto. David Koresh había llegado a dirigir su secta a través del matrimonio con Rachel Jones (14 años), hija de uno de los dirigentes de la misma y al que arrinconó enseguida, sustituyéndolo en la cima jerárquica. De todas partes llegaban nuevos adeptos ganados por la persuasiva doctrina de un Koresh que había efectuado compras de armas por valor de más de 250.000 dólares, según él para estar preparados llegado el momento del acoso del «Mal» y se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. Las autoridades acusaron a los davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos, entre ellos el propio David Koresh, herido en el costado izquierdo.
La peligrosa tensión entre Estados Unidos y Rusia denominada Guerra Fría duró hasta el año 1991, dejando al mundo en el borde de una apocalipsis nuclear. Se suponía que estábamos en una era de paz y cooperación, pero no duró mucho. Las tensiones han reaparecido y el conflicto de Ucrania ha desencadenado una crisis. Vice entrevistará a agentes del gobierno tanto del Kremlin como de Washington para conocer de primera mano la situación y sus verdaderas causas. También conoceremos tal como es la primera línea del frente bélico en Ucrania.
El Universo como lo conocemos esta condenado a morir. El espacio, la materia e incluso el tiempo un día cesarán de existir y no hay nada que podamos hacer. Puden pasar diversas posibilidades. Puede colapsarse u arder o puede enfriarse hasta morir. También podría ser destruido de repente por una fluctiación cuántica al azar, una burbuja de destrucción que podría acabar con el cosmos en un parpadeo. No importa como termine, la vida en nuestro universo tiene los días contados.
Es una pesadilla: hordas de seres humanos transformados en monstruos caníbales sin mente. ¿Se podría hacer realidad esta visión? Los científicos han descubierto patógenos que convierten a los insectos en muertos andantes. Cada día, nuevas cepas de virus atacan a los humanos. Los matemáticos han calculado la probabilidad de sobrevivir a un virus zombie: no tienen muchas esperanzas. Ahora los neurocientíficos están descubriendo lo fácil que es perder el control consciente de nuestros cuerpos. ¿Corremos el riesgo de convertirnos en marionetas? Si estuviéramos en medio de un Apocalipsis Zombie, ¿Nos daríamos cuenta de ello?
Considerado en la antigua mitología nórdica como el dios protector, Thor luchó su batalla decisiva contra una serpiente gigante que quiere destruir a la humanidad. Es la quintaesencia de la lucha por la supervivencia y el enfrentamiento entre el bien y el mal. Pero, ¿es el auge y la caida de Thor un antiguo código? Nuevos descubrimientos desentrañan la verdad escondida tras el dios nórdico que era capaz de desencadenar el trueno con su martillo. Defensor de la humanidad frente a los Gigantes y la Serpiente de Midgard, su destino se sellará durante el Ragnarok o apocalipsis nórdico.
David Koresh había llegado a dirigir su secta a través del matrimonio con Rachel Jones (14 años), hija de uno de los dirigentes de la misma y al que arrinconó enseguida, sustituyéndolo en la cima jerárquica. De todas partes llegaban nuevos adeptos ganados por la persuasiva doctrina de un Koresh que había efectuado compras de armas por valor de más de 250.000 dólares, según él para estar preparados llegado el momento del acoso del «Mal» y se dispuso a convertir en un fortín inexpugnable el rancho Monte Carmelo. Las autoridades acusaron a los davidianos de tenencia masiva de armas y de abusos sexuales con los niños que mantenían a su lado. Recibidos a tiros, los agentes contestaron de igual manera, produciéndose entonces un primer balance de cuatro agentes muertos y una decena de sectarios abatidos, entre ellos el propio David Koresh, herido en el costado izquierdo.