César, el más famoso de todos los romanos. Encantador, despiadado, oportunista y brillante, él depuso una república de 500 años de antigüedad e inauguró la era de los emperadores.
Nerón, caracterizado por su obsesión de llegar a ser un diós, con sus planes de convertir a Roma en una ciudad gloriosa, originó la bancarrota del Imperio. Se relata como se casó con su esclavo, mató a su amada esposa en una bacanal, y como fué finalmente destronado.
Cuenta la historia de la Revuelta Judía, que se desarrolló en Judea en el año 66 después de Cristo y amenazó con desestabilizar todo el imperio. Roma dispuso que el general Vespasiano y su hijo Tito controlaran la revuelta. Con espectaculares asedios y momentos de acción se describe la disciplina y el ingenio del ejército romano contra la pasión y el compromiso de los rebeldes.
Roma fue una vez una sociedad democrática, con elecciones regulares. Esta República duro 500 años. Tiberio Graco creía en los ideales de la República -imparcialidad, decencia y justicia para todos- y se horrizaba con el trato a los pobres de los aristócratas de Roma. Así que utilizó el poder de la muchedumbre en las calles de Roma, con desvastadoras consecuencias.