Brian Cox se detiene a considerar qué es lo que hace a nuestro mundo ser un hogar para la vida y se pregunta qué ingredientes fueron necesarios para transformar este planeta una vez vacío en la tierra que vemos hoy. Nos revela que fue una incierta cadena de acontecimientos combinados con el poder de la vida en sí misma lo que hizo a la tierra tan especial en el cosmos.

La cuestión de los orígenes humanos es una de las más controvertidas con las que la ciencia ha luchado. Esta es la historia de cómo los científicos han explicado la belleza y la diversidad de la vida en la tierra y han revelado cómo la evolución está conectada a la larga y violenta historia de nuestro planeta. Conoceremos marinos aventureros, aristócratas franceses excéntricos, alpinistas, un editor victoriano con 12 dedos, un meteorólogo alemán ridiculizado, y un atisbo de Charles Darwin.

En el quinto episodio de la serie descubriremos como espacios abiertos de los pastos y los desiertos cubre la mitad de toda la tierra de nuestro planeta. En estos hábitats abiertos, los predadores como los guepardos, las águilas calvas y los leones pueden ver habitualmente a sus presas. Pero esto funciona para ambos lados: sus presas pueden verlos a ellos también. Con nada más que vistas abiertas, el elemento de la sorpresa es difícil de conseguir, y los cazadores deben buscar sus oportunidades.

La costa es la frontera dinámica entre la tierra y el mar, es un mundo de cambio continuo, regido por las mareas y batido por las olas. Las oportunidades nunca duran mucho, por lo que los predadores están siempre en una carrera contra el tiempo. La costa es el único lugar del planeta donde los predadores del aire, la tierra y el mar coinciden. Delfines, pulpos, monos, lobos y ballenas jorobadas vienen a la costa para capturar sus presas. Para todos, el tiempo lo es todo.

Las praderas cubren un cuarto de todas la tierra del planeta y mantiene grandes comunidades de vida salvaje, pero sobrevivir en ellas los animales deben afrontar los cambios estacionales más hostiles del globo. Desde los antílopes saiga de Asia a los osos hormigueros de Brasil, los animales de las pradera se han adaptado de maneras extraordinarias para lidiar con estos extremos. En el Okavango inundado, los leones tienen batallas épicas con el búfalo. En la heladora tundra, los caribúes se embarcan en grandes migraciones, seguidos por los hambrientos lobos árticos.