El documental, ambientado en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial, analiza el espíritu del nuevo laborismo de la postguerra (1945-1951) y los cambios radicales bajo el gobierno de Clement Attlee, que fueron desmantelados a partir de 1979 por los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher. Rodado con material de archivo y entrevistas sin narrador, el filme recuerda la pobreza endémica de la Gran Bretaña de entreguerras, el sentido de optimismo que siguió a la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la expansión del estado del bienestar, la fundación del Servicio Público de Salud y la nacionalización de sectores importantes de la economía británica.
La serie concluye con la música de los Estados Unidos de la posguerra en adelante. Empezando con John Cage y otros compositores americanos que reinventaron el sonido de la música clásica a una forma más simple, llevando las armonías y los ritmos a algo mucho más popular y a audiencias a través del mundo. Esta historia nos será relatada por Philip Glass, Steve Reich, John Adams, Arvo Pärt and John Tavener.
A una tendencia a denegar a la cultura alemana la reverencia de la italiana o española y esta serie proporciona una maravillosa oportunidad de explorar su gran, aunque a veces pasada por alto, tradición artística cuya influencia ha sido tan profunda. Andrew Graham-Dixon investiga en esta última parte los oscuros y difíciles tiempos del siglo XX. Dominando el paisaje está la figura de Adolfo Hitler, un artista fracasado fascinado por la arquitectura y obsesionado con la estética de su Reich de los mil años". En una serie de extraordinaros proyectos de construcción y exhibiciones, Hitler libró una guerra de propaganda contra todo tipo de arte moderno. Después de la guerra, la sombra del Tercer Rich persistió y Alemania permaneció dividida y traumatizada. Desde la obra de Otto Dix y George Grosz y la época del Bauhaus hasta los pintores de la posguerra Georg Baselitz, Hilla Becher y el artista conceptual Joseph Beuys hay un largo y extraño periplo, pero los signos están ahí de que el arte tiene un lugar en el corazón de la nueva Alemania reunificada.
Rodado con material de archivo y entrevistas sin narrador, el filme recuerda la pobreza endémica de la Gran Bretaña de entreguerras, el sentido de optimismo que siguió a la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la expansión del estado del bienestar, la fundación del Servicio Público de Salud y la nacionalización de sectores importantes de la economía británica.