Solo 92 elementos construyen el mundo, pero la creencia de que solo eran cuatro -tierra, fuego, aire y agua- persistió hasta el siglo XIX. El profesor Al-Khalili rastrea las huellas de los alquimistas que primero empezaron a cuestionarse la noción de los elementos en su búsqueda de los secretos de la vida eterna, las rivalidades que surgieron en el progreso científico y las nuevas aproximaciones que nos trajeron los elementos y la nueva ciencia de la Química.

En la segunda parte, el profesor Al-Khalili examina los químicos del s XIX que lucharon por imponer un orden en el mundo de aparente desorden de los elementos. Descubriendo sus relaciones únicas con cada otro, los primeros científicos descodificaron el orden oculto. La empresa condujo a una de las más bellas creaciones intelectuales -la tabla periódica-.

En la parte final, el profesor Al-Khalili descubre relatos de éxitos y dolor en la historia de la batalla de los químicos para controlar y combinar los elementos, y configurar el mundo moderno. Revela como los científicos intentan domeñar las fuerzas extremas de la naturaleza.

Este episodio explora como los científicos ahondaron aún más profundamente en el mundo de la célula, buscando revelar el ingrediente mágico que podía transformar un puñado de ingredientes químicos en vida. Sus descubrimientos nos han llevado a ser capaces de crear vida por nosotros mismos.

El profesor Brian Cox busca la respuesta a las grandes cuestiones: ¿Quienes somos y de donde venimos? Es la historia de la materia, el componente de los que todos estamos hechos. Nuestros orígenes están engarzados con el ciclo de la vida de las estrellas. En Nepal, veremos como la filsofía Hindú esta basada en un ciclo eterno de creación y destrucción, donde los elementos físicos del cuerpo son reciclados para la siguiente etapa. Cox explica el paralelismo con el ciclo de las estrellas y como los recursos de la Tierra han sido reciclados a través de las eras. Cómo cada átomo que construye todo lo que vemos fue en algún momento parte de otra cosa. Nuestro mundo está hecho con solo 92 elementos, los mismos que construyen el resto del universo.