Vida salvaje

Los invertebrados no siempre operan solos. Las sociedades es la úlima característica que evolucionó en los invertebrados, apareciendo en la época de los Tiranosaurios. Veremos las tensiones en algunas de las grandes estructuras sociales construidas por los insectos y seremos testigos de la carnicería que sucede cuando una colonia de hormigas y un termitero entran en guerra.

El Sexo es la clave para la inmortalidad de los genes, y cualquier táctica necesaria será desarrollada para la causa de la reproducción incluso aunque sea suicida para el participante. Este episodio explora muchos de los más ingeniosos, complejos y dramáticos métodos que los animales emplean para asegurarse de la continuación de su línea genética.

Esta es la historia de dos pequeños animales. En los bosques de Norteamérica, una joven ardilla listada recoge su almacén de nueces en previsión de su primer invierno. En su camino hay rivales despiadados y predadores gigantes. En la jungla, una musaraña arborícola se ve forzada a adentrarse en la selva para encontrar comida. Debe desplegar toda su inteligencia y agilidad para escapar de una pitón reticulada.

Este es el reino oculto definitivo, la selva urbana. En las coloristas y caóticas calles de Rio de Janeiro, un jovén mono tití se separa de su manada y se enfrenta a los peligros de la ciudad solo. En la futurística metrópolis de Tokio, un escarabajo rinoceronte escapa de sus captores y empieza un viaje extraordinario a través de estre mundo extraño para encontrar su santuario.

Hace cerca de 340 millones de años una familia completamente nueva de animales evolucionaba en pantanos primitivos. Habrían de dar un paso más que los anfibios que habían emergido en tierra firme antes. Ellos finalmente cortaron definitivamente su vínculo con el agua. Fueron los ancestros de los lagartos actuales. Desarrollaron pieles escamosas e impermeables y se mudaron hacia las selvas. Se diversificaron en una multitud de diferentes formas y tamaños. Desarrollaron sistemas de señas para comunicarse. Y disputaron como lo hacen todos los animales por hembras y por territorio. Para alimentarse cazaron insectos que ya estaban bien establecidos en tierra, en gran número. Alimentaron su cuerpo también con calor que obtuvieron directamente del Sol. Gracias a la diversidad se extendieron a los hábitats más rigurosos, a los calcinantes desiertos secos que llegarían a dominar.